Esta imagen describe el uso de tecnologías disruptivas en el negocio, donde las piezas del motor se mueven gracias a que tales apoyan su función, planeadas y diseñadas para un objetivo en común. Su buen funcionamiento dependerá de las sinergias y claridad sobre la importancia de que el desarrollo tecnológico y el negocio hagan sinergia para co-crear valor entre ambos componentes.
Para ello, es fundamental incluir el tema tecnología-negocio en la agenda de los altos ejecutivos (C-Suite), además de cuestionarse ampliamente las maneras para obtener nuevo valor y explotar al máximo este binomio.
- Convergencia. El mundo físico se fusiona cada vez más con el digital, lo que involucra cambiar o innovar en nuestros modelos para reformular la manera en la que se crea valor en las industrias.
- La multiplicación de datos. La tecnología nos ayuda a generar grandes volúmenes de datos que, interpretados a su vez por inteligencia tecnológica, son una gran herramienta para apoyar la toma de decisiones y reaccionar más rápidamente ante cambios disruptivos.
- Horizontes en competencia. La nueva perspectiva del líder empresarial será gestionar su presente mientras construye su futuro, es decir, las decisiones estratégicas a largo plazo deberán tomarse bajo un contexto de ecosistemas que cambiarán cada vez más rápido y sustancialmente.
- Empoderamiento del cliente. La tecnología ha evolucionado de tal manera que pone al centro a los clientes mientras busca maneras de fragmentar sus experiencias de compra, uso, consumo y servicio, con el objetivo tradicional de generar lealtad y ventas.
- Rapidez y volatilidad. La nube (cloud) y otras tecnologías, han favorecido el desarrollo de nuevos modelos de negocio y lanzamientos más ágiles. Otra bondad de estas tecnologías es que son accesibles para empresas emergentes, lo que cuestiona las ventajas competitivas tradicionales y modelos establecidos de negocio.