Por Janet Novack Un nuevo análisis de las propuestas fiscales de los principales candidatos presidenciales muestra que la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se han alejado aún más en sus enfoques sobre cómo gravar a los ricos. De acuerdo con el Centro de Política Fiscal (TPC) Urban-Brookings, un organismo no partidista, las últimas propuestas de Trump reducirían la recaudación fiscal en 6.2 billones de dólares durante la próxima década. Aún más, el 47% de ese recorte se concentraría en el 1% de los más ricos. Clinton, por su parte, aumentaría la recaudación en 1.4 billones de dólares durante una década, con un 92% del aumento al 1%. (Según la definición del TPC, se necesita ganar más de 699,000 dólares anuales para ser parte del 1%). El director del TPC Leonard Burman describe los planes fiscales de Trump y Clinton como “imágenes de espejo”. Los recortes fiscales propuestos actualmente por Trump son menores a los 9.5 billones en recortes sugeridos el año pasado, pero también están más inclinados a favor de los ricos. En su plan inicial, según cálculos del TPC, el 1% se beneficiaba del 35% de la reducción de impuestos. Cuando Trump renovó su plan de impuestos en agosto, hizo recortes a la mayoría de los tipos de ingresos individuales menos generosos y a los ingresos corporativos más generosos. Al calcular la distribución de los recortes de carga tributaria y fiscal, el TPC incluye a individuos, nóminas, inmuebles e impuestos corporativos, y supone que 80% de la carga impositiva corporativa es asumido por los dueños del capital –que generalmente son los más ricos– y 20% por los trabajadores. Además, el grupo de expertos asume que la tasa más baja de Trump para los ingresos de los negocios –un máximo de 15% frente al 33% para el salario– llevará a la mitad de los trabajadores a declarar su sueldo como ingresos de un negocio. Bajo el nuevo plan de Trump, todos los grupos de ingresos conseguirían una reducción de impuestos, pero los hogares con mayores ingresos recibirían el mayor alivio, no sólo en dólares, sino como porcentaje de la renta. El 20% más pobre de los hogares conseguiría una reducción de impuestos con un promedio de sólo 110, elevando sus ingresos después de impuestos en un 0.8%. Los hogares de ingresos medios podrían ahorrar un promedio de 1,010 dólares, aumentando su renta después de impuestos en un 1.5%. (Algunos padres solteros con ingresos moderados terminarían pagando impuestos sobre la renta individuales más altos, ya que Trump eliminaría el estado civil “jefe de familia”, lo que significa que serían tratados igual que los solteros cuando se trata tanto de la deducción estándar como del nivel de impuestos. Además, algunas familias grandes también pagarían más, dado que la exención personal sería eliminada en el plan de Trump.) En cuanto a los miembros del 1%, según el nuevo plan de Trump disfrutarían de un recorte promedio de 214,690 dólares en impuestos en 2017, impulsando sus ingresos después de impuestos en un 13.5%. El 0.1% superior (aquellos con ingresos en efectivo de más de 3.7 mdd) lo disfrutarían aún más, con un recorte promedio del impuesto de casi 1.1 millones, un aumento de 14.2% en los ingresos después de impuestos. Clinton no ha renovado sus propuestas fiscales tan dramáticamente como Trump, pero ha elevado la recaudación de impuestos tentativa del 1.1 billones propuestos al principio. En su plan original, el 1% pagó 78% de la carga de impuestos, según el análisis del TPC. Entre otras cosas, el actual plan de Clinton elevaría la tasa de impuesto a la propiedad del 40% superior actual al 55% en los inmuebles de más de 50 mdd, y al 65% en las fincas de más de 1,000 mdd por pareja.

 

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