La competencia por controlar el mercado de las consolas caseras parece bastante dispar: desde 2013 a la fecha, se han vendido 57.9 millones de unidades de PlayStation 4, contra 29.5 millones de Xbox One. Si bien tuvieron lanzamientos bastante similares, PlayStation ha dominado en las ventas de hardware a nivel global; sin embargo, durante el último año Microsoft desplegó una estrategia cada vez más agresiva para colocar no sólo sus consolas, sino sus servicios en los hogares de los entusiastas de los videojuegos. El más reciente movimiento de Microsoft es el lanzamiento de Xbox Game Pass, que está disponible en distintos países -incluido México- a partir de este 1 de junio. Se trata de un servicio mensual para el Xbox One que da acceso a un catálogo de más de 100 juegos de forma ilimitada, costando 9.99 dólares, o 139 pesos mexicanos. Los subscriptores pueden descargar juegos tanto de Xbox One, como de Xbox 360, directo al disco duro de su consola y jugarlos todas las veces que quieran durante la duración de la membresía. Lo primero que uno esperaría encontrar en este catálogo son modestos juegos independientes, sin embargo -para sorpresa de propios y extraños-, contiene varios títulos AAA tanto first-party (exclusivos de Microsoft), como publicados por terceros. Entre los juegos incluidos está la producción de escala hollywodense Halo 5: Guardians (343 Industries, 2015), el aclamado Sunset Overdrive (Insomniac Games, 2014), y el popular Gears of War: Ultimate Edition (The Coalition, 2015), así como Mad Max (Avalanche Studios, 2015), NBA 2K16 (Visual Concepts, 2016), y la trilogía de BioShock (Irrational Games), por mencionar algunos. El modelo de subscripción ha demostrado funcionar en una amplia variedad de medios. Las compañías proveedoras de contenido siguen dando la opción de consumir video, música, juegos, etc. on demand, así como por compras individuales, aunque la balanza se inclina cada vez más hacia la primera opción. En el caso de los videojuegos, aún existen muchas oportunidades. PlayStation, por ejemplo, tiene dos tipos de servicio que proveen videojuegos mediante subscripción: PlayStation Plus (9.99 dólares), que da acceso a un catálogo al que cada mes se agregan hasta 6 juegos de PS4, PS3 y PS Vita; mientras el usuario tenga una membresía vigente, podrá descargar y jugar estos juegos ilimitadamente, como si los hubiese comprado. También existe PlayStation Now (19.99 dólares), un servicio de streaming que da acceso a casi 500 títulos de PS3 mediante una consola PS4, PS3 o PS Vita, así como a algunos smart TV de Samsung y Sony. Al ser streaming puro, este servicio no permite descargar los juegos, sino únicamente correrlos remotamente mediante una conexión a internet de alta velocidad, y su mayor inconveniente es que sólo está disponible en unos pocos mercados como Estados Unidos e Inglaterra. Por el otro lado, Electronic Arts lanzó desde 2014 el servicio mensual EA Access (4.99 dólares) mediante una alianza con Microsoft. Esta membresía da acceso a más de 30 títulos del sello de forma exclusiva para Xbox One, con la opción de descargarlos y jugarlos de forma ilimitada mientras se esté suscrito. Antes de que finalice 2017, Nintendo lanzará su programa de suscripción de paga para el Switch, con la promesa de juegos clásicos de NES y SNES de forma mensual. Desde 2013, Microsoft cuenta con el servicio Games with Gold (parte de Xbox Live Gold, que cuesta 139 pesos o 9.99 dólares mensuales), que funciona de manera similar a PlayStation Plus, agregando cuatro títulos a su catálogo mes con mes. Sin embargo, en ambos servicios, la disponibilidad está sujeta a una ventana de tiempo muy específica. Esto significa, que si un usuario no logró descargar cierto juego durante el mes en que se hizo disponible, ya no podrá jugarlo de forma gratuita mientras esté suscrito. Es precisamente ese hueco lo que Xbox Game Pass intenta capitalizar, ya que permitirá a los nuevos usuarios del Xbox One ponerse al corriente en una larga lista de títulos mediante un sólo pago mensual, lo cual al momento PlayStation no ofrece en nuestro mercado. Ciertamente, el público más especializado no encontrará un gran valor o atractivo en este catálogo, pero ellos no son el objetivo de este servicio, sino los jugadores casuales que no tuvieron la oportunidad de jugar los clásicos más aclamados del Xbox 360, o incluso del Xbox One. Debido al tipo de cambio, los estrenos de categoría AAA para Xbox One cuestan en promedio 1,300 pesos, lo cual es un precio bastante alto para el público casual que tenga la intención de jugar algo distinto cada mes. Estos usuarios son quienes actualmente están adquiriendo las nuevas consolas Xbox One, y acrecentando la base de usuarios de México y de otros mercados. Las compañías de hardware y los publishers se enfrentan a un volátil mercado que crece en usuarios; sin embargo, éstos tienen ante sí una oferta mucho más diversificada, no sólo de videojuegos, sino de entretenimiento en general, lo que genera un ambiente de competencia cada vez más agresivo. El modelo de negocio de Xbox Game Pass puede resultar muy arriesgado y llevar a Microsoft a pérdidas si no logra atraer suficientes suscriptores a largo plazo, pero en caso de lograrlo, podrá estabilizar el negocio al mantener cautivos a sus nuevos usuarios, beneficiando también a los publishers mediante pagos más estables que los generados por las compras esporádicas. Sin duda, éste es un año clave para el futuro de Xbox. Durante E3 2017, la expo más grande e importante de videojuegos, que se llevará a cabo a mediados de junio en Los Ángeles, se espera la revelación completa de Project Scorpio, la siguiente versión del Xbox One, que promete estandarizar los juegos en Ultra Alta Definición (4K). Por eso es fundamental para Microsoft el llevar a cabo todos los esfuerzos posibles para convencer al mayor número de nuevos usuarios antes de la temporada navideña 2017, y una de las piezas fundamentales de esta estrategia es su nuevo servicio de juegos on demand.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @IrvingPeres Podcast: El Beastcast Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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