El controvertido dramaturgo y director de cine norteamericano escenifica rasgos comunes a distintos estratos sociales en su obra Razones para ser bonita y acierta al reflejar las preocupaciones de los hombres y mujeres de hoy que, más allá de las innovaciones tecnológicas, siguen siendo miembros de una tribu primordial, ávidos de afecto y reconocimiento a sus necesidades básicas.   Teatro. El rasgo distintivo en la obra del dramaturgo norteamericano Neil Labute (Detroit, 1963) es la crítica áspera de las relaciones humanas actuales, dominadas por la superficialidad y el pragmatismo, en una sociedad de consumo global más preocupada por las apariencias externas que por la autenticidad de los sentimientos. En Razones para ser bonita, estrenada apenas en el Teatro San Jerónimo, se escenifica el contraste entre la idealización de la vida en pareja y las frustraciones de la vida cotidiana, causa de violencia y desencuentro. Sus cuatro icónicos personajes muestran la vulnerabilidad del ser humano ante las ideas preconcebidas de la felicidad, la belleza y el triunfo que determinan la forma de vivir actual. Pepe (Luis Gerardo Méndez) es acusado por su irascible mujer Stephanie (Sophie Alexander-Katz) de compararla con otra más bella, tachándola de fea. Ella no puede tolerar que el hombre con quien comparte su vida la critique, así que reacciona enfureciéndose y cortando la relación. Mientras tanto, sus compañeros de trabajo, Lu (Ludwika Paleta) y Rich (Arturo Barba) aparentemente disfrutan de una relación perfecta pues ella es muy bonita. Pero Pepe atestiguará los problemas de esta pareja también ocasionados por los estereotipos de amor y fidelidad socialmente establecidos. Lu reflexiona que el ser bonita le ha traído incontables problemas y no ha sido suficiente para conservar a su novio, mientras Stephanie demuestra que la fealdad proviene del mundo interior más que de la apariencia externa. La belleza no es lo que ninguna de ellas dos creía. razones Aunque la dramaturgia de Neil Labute transita por los esquemas del melodrama pues sus personajes sufren y se victimizan, Razones para ser bonita refleja el desencanto de la vida actual, la neurastenia que surge de la rutina cotidiana, el hartazgo del horario laboral, la búsqueda de satisfacciones materiales instantáneas, la fragilidad de las relaciones humanas, el predominio de lo superficial sobre lo permanente. El controvertido dramaturgo y director de cine norteamericano escenifica rasgos comunes a distintos estratos sociales y acierta al reflejar las preocupaciones de los hombres y mujeres de hoy que, más allá de las innovaciones tecnológicas, siguen siendo miembros de una tribu primordial, ávidos de afecto y reconocimiento a sus necesidades básicas. La dirección de Diego del Río, responsable también del reciente montaje de El chofer y la Sra. Daisy, saca jugo del trabajo actoral y enfatiza los desplantes de humor sarcástico y corrosivo de los personajes por encima de sus reacciones melodramáticas. La desafortunada propuesta escenográfica dificulta la visualización de las actuaciones, a pesar de que una defectuosa proyección en back intenta magnificar la gestualidad de los actores. Ni Ludwika, ni Sophie, ni Luis Gerardo ni Arturo requieren de semejante despropósito escenográfico para proyectar la violencia, la frustración y la neurosis de sus personajes en el espacio escénico del Teatro San Jerónimo. gorda2Más teatro. La trilogía de la belleza de Neil Labute está conformada por: La forma de las cosas (The Shape of Things, 2001), Gorda (Fat Pig, 2004) y Razones para ser bonita (Reasons to Be Pretty, 2008). En todas, el norteamericano propone que la crueldad y la abyección son rasgos de carácter del hombre actual, sujeto a la manipulación de los discursos establecidos del poder y la imagen pública. Para Labute, el animal humano ha perdido su espontaneidad y se apega mecánicamente a las formas convencionales y rígidas de la sociedad de consumo, cada vez más despiadada e impersonal. Revisemos brevemente los dos argumentos que antecedieron a Razones para ser bonita. Alumnos del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México, dirigidos por Julio César Luna, escenificaron La forma de las cosas y ganaron el XVII Festival Universitario de Teatro en noviembre de 2009. Así, pudimos conocer la insólita historia de Adam, sujeto desgarbado e inseguro, que se vincula amorosamente con Evelyn, estudiante de artes plásticas, quien le cambiará por completo su aspecto físico y logrará mejorar su autoestima. Sin embargo, todo eso forma parte de un malicioso plan en el que Evelyn buscaba demostrar que el ser humano es también susceptible al trabajo artístico y puede reconfigurar su personalidad a voluntad. Entonces, Evelyn rechaza la propuesta matrimonial de Adam puesto que el tipo sólo le interesaba como medio para comprobar sus teorías artísticas y conseguir su grado académico. Por su parte, Christina Pastor interpretó el personaje principal de Gorda en el Teatro Fernando Soler durante 2010. Se trata de la historia de Helena (Christina), bibliotecaria que inesperadamente se relaciona con Tom (Héctor Suárez Gomís) un tipo atractivo quien, por lo general, sale con mujeres muy bellas. Ante la inusual actitud de su amigo, Dani (Juan Carlos Barreto) se burla de la obesidad de Helena y conmina a Tom a regresar con su antigua novia guapa (Lourdes Reyes). Aunque la chica gorda lo llena de satisfacción, Tom decide dejarla ir para no quedar mal con sus amigos. En síntesis, Neil Labute critica la superficialidad con que se aborda la belleza en la sociedad actual, donde se endiosa a quienes poseen este atributo y se estigmatiza a quienes carecen de él, desde una perspectiva occidental mercadológica. El dramaturgo trata de mostrar que hay más fealdad en la conducta discriminatoria e hiriente, en la violencia física y psicológica, en el desprecio y la marginación que en un rostro o un cuerpo poco agraciados. A pesar sus buenos propósitos, no todos comparten la visión estridente y ácida de Labute sobre la condición humana actual: su más reciente obra titulada Reasons to Be Happy, estrenada en Broadway en junio de 2013, fue destrozada por los críticos… Cine. También maltratada por la crítica de su especialidad, la nueva película de Pedro Almodóvar ha generado todo tipo de reclamos. Los amantes pasajeros fue tachada de superficial y aburrida. Se dice que el manchego recurre a los trucos de sus exitosas primeras comedias sin lograr el mismo efecto hilarante o sorpresivo: los colores primarios, los personajes excéntricos, el humor sexual, las coreografías musicales injustificadas. A pesar de eso, esta columna celebra que Almodóvar haya dejado a un lado los culebrones truculentos como lo fueron Los abrazos rotos y La piel que habito para regresar a la comedia, género en que se desenvuelve con mayor naturalidad. No es sencillo retomar el más difícil de los géneros, hacer reír no es cualquier cosa. De Los amantes pasajeros se rescata el espíritu lúdico (y lúbrico) que predomina en una situación de riesgo mortal, donde los personajes responden a la pregunta: ¿Qué harías en la última hora que te queda de vida? Pues ¡darle vuelo a la hilacha! En medio de la colorida fiesta de sexo, drogas y alcohol, el sórdido matón mexicano (José María Yazpik) nos recuerda el aspecto que tiene hoy la imagen del país: negra y chocante; y se convierte en una mirada crítica del director manchego hacia su país favorito: México. ¡A por más comedias, Almodóvar! almodovar   Contacto: e-mail: [email protected] Facebook: Armín Gómez Barrios Twitter: @literacom http://itesm.academia.edu/AGomezBarrios/

 

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