Por Enrique Hernández Al presidente Nicolás Maduro se le recordará porque durante su mandato le dirá adiós la refrescante cerveza Polar de los anaqueles, de las playas, de la mesa de eventos sociales y deportivos en Venezuela. “Las cervezas Polar Pilsen, Polar Light, Polar Ice, Polar Zero y Solera —producida por el multimillonario Lorenzo Mendoza— no se van a encontrar en el mercado venezolano“, advierte Omaira Sayago, directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Cerveza (Caveface). “Se calcula que se encontrará producto en el mercado por alrededor de 2 semanas más y ya después desaparecerán esas cervezas”, señala a Forbes México. La industria cervecera es la primera vez en suspender operaciones en aquel país de Sudamérica, a pesar de que había soportado el embate de los gobiernos del Socialismo del XXI. A principios de agosto de 2015, también circulaban versiones de que se pararía toda la producción de la bebida, pero todo continuó en la normalidad. Lorenzo Mendoza, dueño de Empras Polar, ha sido uno de los empresarios venezolanos que ha estado en la mira de la justicia del ex presidente Hugo Chávez y del mandatario Nicolás Maduro. Chávez le expropió unas plantas de producción, mientras que Maduro le llevó una acusación de traición a la patria ante la justicia de Venezuela. Mendoza tenía menos de 30 años, cuando 1992 asumió la presidencia de la productora de alimentos y bebidas más grande de Venezuela, y entre sus acciones empresariales fue ampliar el portafolio de marcas de la compañía, así como llevarla al exterior. Anualmente, los venezolanos beben 2,000 millones de litros de cerveza, según la Caveface. En los últimos dos años el consumo y producción de la bebida ha presentado altibajos por la situación económica y la alta inflación registrada: “En 2014, cayó 8% la producción de cerveza”, recuerda Sayago. La desaparición del portafolio de marcas de Polar “no quiere decir que no habrá nada de cerveza, porque otras empresas como Cerveza Regional, Cervecería Tovar, Cervecería Destilo y productos artesanales continuarán con la producción, distribución y venta de la bebida”, señala la empresaria venezolana. “Al 26 de abril de las 4 plantas, que en total posee cervecería Polar en Venezuela, al menos tres ya están paralizadas sus operaciones, y la cuarta y última fábrica cerrará este viernes”, explica. Una planta produce 8 millones de litros semanales, que son consumidas en Caracas, otra 10 millones de litros semanales destinadas para el oriente de Venezuela. “A partir de este viernes está prácticamente paralizada la producción de Polar, una compañía con alrededor del 80% del mercado cervecero”, manifiesta Omaira Sayago. Polar informó la semana pasada que ante la “situación crítica” que vive su filial Cervecería Polar, la mayor productora de cerveza en Venezuela, dejará de producir la bebida por falta de insumos y divisas para importar. “No hemos podido reponer inventario y sólo tenemos cebada malteada para producir hasta el 29 de abril. Dada esta circunstancia, nos vemos obligados a suspender la producción de cerveza y malta hasta lograr el acceso a las divisas necesarias para la procura de la materia prima”, expresó la empresa en un comunicado. El impacto que tendrá el agotamiento de materia prima en el abastecimiento de cerveza y malta afectaría la actividad de 10,000 trabajadores directos y 300,000 indirectos, según la empresa. “Cervecería Polar presenta una delicada situación, dado los retrasos que se han registrado en los permisos de importación de la materia prima, así como el retraso en el pago de los proveedores internacionales por la falta de dólares”, expresa la directora ejecutiva de Caveface. Desde hace 13 años, el gobierno administra y asigna los dólares a las compañías para que realicen sus operaciones en el exterior. La firma propiedad de Lorenzo Mendoza no cuenta con líneas de crédito para saldar sus pedidos con las empresas internacionales, reconoce la representante de la industria cervecera en Venezuela. A la compañía se le agotan sus inventarios de cebada malteada, cuyos cultivos se da en los climas templados como Europa, Estados Unidos y Argentina, expone. En Venezuela, por las condiciones climáticas no se produce la cebada, por lo que se importa el alimento, añade. “No sólo está paralizada la producción de cerveza, sino la línea de fabricación de mantequilla, cereales, envases para alimentos y bebidas y la línea de arroz”, advierte Frank Quijada, secretario de los Trabajadores Cerveceros, Refresqueros, Licoreros y Vinícolas. El líder de los trabajadores recuerda que Polar decidió no abrirles las puertas de sus fábricas de sus trabajadores y “ahora están en la calle”. “Polar aduce falta de materia prima y de dólares, pero el estado le ha dado 6,000 millones de dólares para que adquieran sus productos”, dice Quijada. “La cerveza no es un alimento de primera necesidad, pero nos estamos quedando sin ingresos y sin los beneficios”, concluye el representante de los empleados.

 

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