Alexis Tsipras, primer ministro griego, advirtió que podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas si ya no contaba con una mayoría parlamentaria.   Reuters El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, que lidia con una revuelta dentro de su partido Syriza, dijo el miércoles que su Gobierno no implementará medidas de reforma más allá de aquellas que se acordaron con los prestamistas en una cumbre de la zona euro a comienzos de este mes. Tsipras advirtió que podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas si ya no contaba con una mayoría parlamentaria y sugirió que a comienzos de septiembre se podría realizar un congreso de emergencia de Syriza. Al mismo tiempo, Tsipras está presionado por los acreedores de Grecia para que vaya más allá de los dos paquetes de acciones previas que aprobó el Parlamento y para que incluya medidas que desalienten la jubilación anticipada y las exenciones tributarias a los agricultores, dijeron fuentes de la Unión Europea. “Conozco bien el marco de trabajo del acuerdo que firmamos en la cumbre de la zona euro del 12 de julio”, dijo Tsipras a la radio Sto Kokkino. “Implementaremos esos compromisos, independientemente de si estamos de acuerdo o no. Nada más allá de eso”, afirmó. Tsipras dijo que el saldo presupuestario primario antes del pago de deudas sería estable en el mejor de los casos o que mostraría un déficit este año, dependiendo de la situación financiera, deteriorada desde la imposición de los controles de capital el 28 de junio. Los términos para el lanzamiento de las negociaciones de rescate, que empezaron el lunes en Atenas, no incluyeron objetivos fiscales específicos. Sin embargo, la expectativa previa era que Atenas lograra un superávit primario equivalente a un 1 por ciento de la producción económica griega este año y de un 2% en 2016. El jueves, el primer ministro enfrentará una difícil sesión con el comité central de Syriza. Los miembros más radicales de su partido, dirigidos por el ex ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, demandan una postura más dura ante los acreedores de Grecia. Muchos de los miembros de su partido están molestos porque en el acuerdo del 13 de julio para el inicio de negociaciones por un rescate de 86,000 millones de euros, Tsipras aceptó términos más gravosos que los que los votantes rechazaron en un referendo el 5 de julio. Una portavoz de la Comisión Europea no quiso decir qué medidas adicionales eran las que se esperan de Atenas antes de la conclusión del nuevo rescate, aunque sí dijo a comienzos de semana que se requieren más reformas antes de la entrega del primer tramo de ayuda.

 

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