Cuando vieron por primera vez el iPad, dos jóvenes de San Luis Potosí supieron que esa tecnología iba a ser una de las favoritas de los niños; y decidieron aprovecharla.   Por Gabriela Guadarrama   Las aplicaciones educativas para tabletas de Yogome tienen cuatro millones de descargas en 150 países del mundo. Y van por más. El próximo año, la ronda de inversiones para este proyecto podría alcanzar cinco millones de dólares (mdd). Manolo Díaz y su socio Alberto Colín aprendieron a pensar en grande, justo después de llevar a Silicon Valley la idea de una app que permitiera a los niños de seis a 11 años jugar y al mismo tiempo reforzar los temas que ven todos los días en la escuela: matemáticas, ciencias, salud y medio ambiente, de una manera más divertida, con súper héroes que cumplen misiones, suben de nivel y obtienen premios. En el primer año, Yogome obtuvo recursos de la incubadora Mexican VC, así como de otros inversionistas ángeles. Después de su presentación en San Francisco, la app se colocó entre los primeros diez lugares de juegos educativos en Estados Unidos y China, además de ser la número uno en Indonesia y Tailandia. Al ver el éxito, los inversionistas volvieron a apostarle a los juegos educativos y les entregaron 750,000 dólares más para ampliar la plataforma a diez juegos diferentes para iOS y Android. “Cuando estas personas invierten es para que las adquiera otra compañía más grande o la empresa vaya a la bolsa. Es una apuesta a ganar”, dice Manolo. Esta visión los llevó a planear la ronda de inversiones para el próximo año, que podría ascender a 5 mdd. “Las cantidad es la que estaríamos buscando con el objetivo de cada vez llegar a más papás y niños en todo el mundo”, añade. Para llegar a los padres de familia, Yogome lanzará un dashboard con el que sabrá la edad, el grado escolar y los contenidos adecuados para el menor. Conforme el niño avance, se entregará un reporte al papá, quien podrá compartir los resultados en sus redes sociales y obtener puntos adicionales en los juegos. “Arrancamos en inglés y en español, pero queremos versiones en portugués, japonés y después en coreano y chino, que son un mercado muy grande y representan una oportunidad muy interesante”, explica el fundador. Manolo y Alberto son originarios de San Luis Potosí; el primero es ingeniero en sistemas, el otro es diseñador gráfico. Hace cinco años, empezaron un proyecto en el que la tecnología servía también para reforzar los conocimientos. “Veíamos mucha oportunidad en términos de la tecnología que teníamos, recién salía el iPad y era obvio que esa tecnología iba a ser la favorita de los niños […] Queríamos que fueran contenidos no sólo para el mercado mexicano, sino con el potencial de que, con los canales de distribución de las tiendas de Apple y Android, llegaríamos a todo el mundo”. Ante la idea de expandirse, los creadores decidieron contactar expertos de la Universidad de California, en Berkeley, y de la Anáhuac, en México, quienes son los responsables de desarrollar contenidos educativos vigentes para todo el mundo. La aceptación en tantos países y de los inversionistas extranjeros llevó a Manolo y a Alberto a no vender su proyecto, a pesar de que ya les hicieron una oferta. En cambio, están contratando talento mexicano recién egresado de la universidad que haga la app más interesante. “Todavía no hay un líder y nosotros queremos ir ganando terreno”, afirma Manolo.

 

Siguientes artículos

Accidentes aéreos: llega la prensa / IV
Por

“Salí corriendo hacia la bola de fuego sin un propósito definido. No pensaba en que iba tras una nota ni en qué podría a...