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Entre una nutrida asistencia de jóvenes cinéfilos y un número considerablemente menor de miembros de la prensa, estos días de actividad en el Festival han estado marcados por la presencia de actores como Jodie Foster y Matt Damon, quienes se reunieron con miembros de la audiencia en una serie de “encuentros” organizados por el Festival de Cannes para revisar a detalle anécdotas de sus carreras.
Robuste
En otros frentes, Robuste, la ópera prima de Constance Meyer, abrió la Semana de la crítica de Cannes en su sesenta aniversario. Su primer trabajo busca establecer un vínculo entre Aïssa (Déborah Lukumuena), una colosal joven afrodescendiente que se dedica a la seguridad privada y gran entusiasta de la lucha grecorromana y Georges (Gérard Depardieu); un actor que vive solo y es de difícil trato. Ambos provienen de espacios diferentes no sólo por el contexto económico, sino desde la cultura racial y machista de la Francia actual, que también es visible en la popular Amigos (Oliver Nakache, 2011).
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The Souvenir Part II
Por otro lado, en la Quincena de los Realizadores, una de las secciones paralelas del Festival, la película The Souvenir Part II recibió una calurosa recepción por parte de la audiencia y de la crítica.
La película se basa en las memorias de la directora de la película, la cineasta británica Joanna Hogg, quien fue acompañada de la actriz Tilda Swinton, quien también aparece en la película, para hacer la presentación oficial. La popular actriz británica destacó la relación de amistad que la une con la directora de la película y que la llevó a confiarle el debut como actriz de su hija, la joven Honor Swinton Byrne, quien interpreta a una joven estudiante de cine en la Inglaterra de los años 80.
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Tout s’est bien passé
Finalmente, por parte de la Competencia Oficial, el ya veterano cineasta francés Francois Ozon presentó su más reciente largometraje Tout s’est bien passé en la que André (André Dussollier) tiene un infarto cerebral que inmoviliza el lado derecho de su cuerpo mientras que sus hijas, Emmanuèle (Sophie Marceau) y Pascale (Géraldine Pailhas) se hacen cargo de los cuidados y los protocolos de los hospitales.
Una vez recuperada el habla y ciertos movimientos, André le pide a su hija Emmanuèle que le ayude a morir. El tema de la muerte como un acto de dignidad se ha visto en películas como Mar adentro (Alejando Amenábar, 2005) o Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2005) pero el abordaje de Ozon tiende más a la ligereza y mucho menos a la densidad de estas otras películas. Una comedia que se mueve en terrenos movedizos.
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