Al menos dos años requeriría la recuperación plena de Acapulco, así como una enorme, emergente e innovadora inversión para transformar el desastre en oportunidad mejorada junto con la comunidad.

En 2005, al igual que Otis, el huracán Wilma golpeó con categoría 5 a Cancún y provocó destrucción de viviendas, edificios públicos, en el 98% de la infraestructura hotelera y turística, así como daños a la infraestructura, inundaciones y deslizamientos de tierra.

El Consejo Nacional para la Prevención de Desastres estimó el monto de las afectaciones en 18 mil 773 millones de pesos. El 97% concentrado en Quintana Roo y de estos el sector turístico representó el 94%.

Más de dos semanas llevó el restablecimiento del suministro de electricidad, con lo cual comenzaron a recuperar servicios de internet y telefonía; los albergues se mantuvieron disponibles por hasta cuatro meses.

Las consecuencias del desastre se alargaron varios meses después, por la falta de turismo nacional e internacional, tras las afectaciones a la franja hotelera”, donde se concentran hoteles como el Hilton Cancún Golf & Spa Resort, Fiesta Americana Coral Beach, el JW Marriott, el Ritz Carlton, el Meliá, los Palace Resorts, y otros.

Un año después de Wilma, la ocupación media hotelera era de 77% y cerca de 24 mil habitaciones estaban en servicio, muy cerca de las 28 mil operativas antes del huracán.

Ahora, con Otis, las primeras estimaciones indican más de 90% de la infraestructura hotelera dañada, la pérdida de la temporada vacacional invernal y con ella tan solo 10 mil millones de pesos en impuestos al hospedaje.

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La consultora Enki Research, que analiza el impacto de los fenómenos naturales, calcula las afectaciones económicas entre 10 mil y 15 mil millones de dólares.

“Los hoteles están muy destruidos, los restaurantes están muy destruidos, los negocios están muy destruidos, hoy no tenemos esta cuantificación de daños”, mencionó la semana pasada Héctor Tejeda, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de comercio, Servicios y Turismo.

Por la experiencia de lo ocurrido en Cancún, es probable que el resurgimiento de Acapulco pueda llevar hasta dos años y, por lo pronto, se pierda la posibilidad de realizar en este puerto el Abierto de Tenis y el Tianguis Turístico previsto para marzo.

Desde el sector empresarial hay muestras de apoyo, en principio ante las afectaciones a la población. Jesús Rodríguez Cárdenas, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, convocó a la iniciativa privada y a la ciudadanía a donar.

La resiliencia ciudadana, institucional y empresarial podría acelerar el proceso de recuperación.

Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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