Se acerca el momento de despedir el año, y la situación nos lleva a pensar en recargar energía precisamente desde su raíz, en la naturaleza. 

Para algunos el trajín del 2021 generó reflexión y buscan salir, ser libres y conectar con la naturaleza. Para otros, los nómadas digitales, quienes también están conectados al mundo virtual y valoran la calidad de vida y se desplazan a lugares que encantan, qué mejor que hacerlo de manera consciente y en armonía con las comunidades locales y el entorno natural. 

Hay un lugar en medio del paraíso del Caribe Meicano que reúne todo lo que se necesita (y más) para esta reconexión con el origen:  Ana y José Hotel Tulum brinda la oportunidad de vivir una experiencia única de comodidad y servicio en sinergia con el destino, tanto para quienes viajan por lapsos cortos de tiempo como para quienes desean tener estancias más largas. 

Tulum tiene magia en todos sus rincones, desde sus callejuelas y andadores hasta la vegetación que lo rodea, y sobre todo, gracia a la gente local que recibe a propios y visitas siempre con sonrisas. El pueblo está en constante crecimiento, pero su energía y misticismo se mantiene intacta. Eso es lo que lo hace un destino tan interesante, se mantiene en el tiempo con su envolvente energía, a pesar de todos los cambios que se producen allí, especialmente en materia de nuevos desarrollos. Tulum es una pequeña ciudad que se mantiene fuerte en sus orígenes, algo que también destaca a Ana y José. Se han convertido en el destino ideal para conectar con gente, con naturaleza, y, por supuesto, con uno mismo…

Permanecer poco tiempo en un mismo lugar y después moverse, con la calidad de vida como la premisa principal: moverse hasta encontrarse. Esto es algo en lo que muchas personas creen hoy en día, y cada vez más se va esta tendencia donde, entre un lugar y otro, el mundo virtual ha permitido que el paraíso se convierta en un excelente lugar para trabajar, e incluso anteponiendo la calidad de vida sobre cualquier otra cosa. Ana y José es el espacio con el balance ideal entre las lujosas comodidades y la armonía del entorno, cálido, colorido, que invitan a quedarse.

Ana y José
Cortesía: Ana y José

Son más de 40 años desde que este hotel boutique recibió a sus primeros huéspedes… Cuatro décadas sirviendo como base para los visitantes que buscaban escapar del tumulto, siempre involucrando a los locales, respetando el entorno e incorporando tradiciones que permiten el beneficio de todos. Es difícil pensar en Tulum sin pensar en el hotel, y viceversa; sus historias están intrínsecamente conectadas. El crecimiento del destino siempre estuvo acompañado por estas residencias de lujo, que dan serenidad y permiten la sanación personal en conexión con el origen, las raíces, la flora y la fauna. 

La colección de residencias exclusivas, con un toque rústico y que remite a las cualidades naturales de Tulum, tienen espacios íntimos que permiten alejarse de absolutamente todo, más aún, la calma de las habitaciones es embriagante. Los colores de las residencias resaltan la verdadera joya, la naturaleza… y cuando se aprecian desde la comodidad de una hamaca o en un camastro, entonces lo ordinario cobra vida y se vuelve extraordinario. El aire limpio y la calma del hotel boutique permiten desconectar para conectar, para recargar energía en un ambiente íntimo. 

Ana y José es un referente del lugar no sólo por ser el primer hotel formal del destino, sino por su calidad y servicio con atención en cada detalle. Allí, desde sus inicios, siempre se trabajó fuertemente para mantener la belleza y felicidad que se veía en Tulum, y poder traducirla en un hotel que tuviera todo lo necesario para sentirse a gusto, conviviendo con la naturaleza. Es el lujo de conectarte con el mar y la selva, manteniendo altos estándares de calidad. Una combinación de lo más satisfactoria. 

Deslumbra regresar al origen encendiendo los sentidos, especialmente el gusto en el restaurante del hotel, con las recetas tradicionales e ingredientes locales que lo distinguen; por si fuera poco, la arena acaricia los pies y la brisa refresca. La cocina se distingue con tres platillos específicos: la parrillada de mariscos, langosta fresca y pescado a las finas hierbas. 

Recargar energía de cuerpo completo, no sólo el alma, y es por eso, que como parte de las experiencias de lujo únicas que ofrece Ana y José, el spa consiente al cuerpo con masaje de piedras calientes, barro maya, aromaterapia o reflexología entre varias opciones; el remate llega con un tratamiento de chocolate, el secreto maya –basado en las cualidades del copal– o el tratamiento con uvas chardonanay

Ana y José
Cortesía: Ana y José

Ana y José no sólo es pionero por su servicio y calidad o su historia, sino por su ubicación en el destino. Se encuentra muy cerca de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, un ecosistema generoso pues incluye playas ya arrecifes de coral, selva tropical, dunas y cenotes; es imperdible enchufarse con la vegetación y dejarse llevar por el momento. Por otro lado, la enigmática cultura maya edificó en medio de la selva la zona arqueológica de Cobá, donde hay una serie de inscripciones muy bien resguardadas; además, en el lugar se pueden hacer recorridos que incluyen en donde puedes practicar rappel, tirolesa, caminatas o nadar en las frescas aguas de los cenotes y lagunas.

La paz y quietud que encontraron doña Ana y don José es precisamente lo que ofrecen a los viajantes, además de mucha pasión y amor por el trabajo en cada detalle, para que cada espacio sea único. Un regalo de la naturaleza envuelto entre piedras toscas y madera, sábanas blancas y gente amable que invita a olerlo, palparlo, saborearlo y observarlo. Ana y José te regresa al origen para conectar con lo esencial, en un ambiente de paz y armonía, al pie del mar, al pie de la selva. 

Vive tu propia experiencia en: https://anayjose.com/es/

Facebook: @anayjosehotel 

Instagram: @anayjosehotel 

 

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