La Casa BOVET 1822, celebra 200 años de evolución creativa con una edición especial del icónico Récital 26 Brainstorm Chapter Two, con esta pieza única que destaca por su brillante ingeniería y la maestría que condensa en su experiencia.

La frondosidad y fulgor de la historia Latinoamericana fue la inspiración para esta pieza excepcional, en la que destaca un verde que refleja directamente el corazón más profundo de varias de las zonas más espectaculares de esta región del mundo. 

El nuevo Récital 26 Brainstorm Chapter Two Edición LATAM está disponible con movimientos totalmente grabados a mano en una caja monobloque de zafiro “Writing Slope” (47,8 mm). La imponente esfera en color verde, revestida a mano por los artesanos de Bovet le dan la sensación de sofisticación y maestría artesanal que destaca a la casa. 

El color verde no sólo mejora la legibilidad por la noche, sino que también añade un toque

inesperado a la espectacular pieza. El tratamiento SLN verde en toda la superficie de la cúpula y su porosidad, la convierten en una pieza desafiante.

El Récital 26 Brainstorm® Chapter Two cuenta con un tourbillon volante de doble cara patentado, un sistema de guiado radial patentado, una fase lunar tridimensional con cinco días de reserva de marcha y un aguja tridimensional patentada en forma de V que permite al coleccionista visualizar el huso horario de su elección. 

Brainstorm Chapter Two Edición LATAM. / Foto: Cortesía Bovet.

Una historia de precisión y alta artesanía

Desde hace 200 años, la Casa Bovet fabrica artesanalmente relojes que acercan el lujo del tiempo a los coleccionistas, con una maestría en ingeniería que pondera la belleza, arquitectura sofisticada y una cronometría de precisión exigente. 

Su manufactura interna, ubicada en Tramelan, añade el toque humano en cada paso. Empezando por la fabricación de las piezas de cada reloj, un experto artesano evalúa y controla cada detalle del proceso.

La belleza de la mecánica y cada detalle externo están realizados a mano: endurecida, bruñida, pulida, angular, grabado, etc. Esto alarga el proceso de producción, pero el resultado final es un reloj con un acabado espectacular que aumenta la precisión.

La casa relojera incluso fabrica sus propias espirales y órganos reguladores, algo que sólo un puñado de empresas de la industria relojera mundial pueden decir. 

Desde hace 200 años, Bovet 1822 se compromete a mantener vivas las artes decorativas tradicionales con grabadores en su propio taller y trabajando con dedicados pintores de miniaturas y otros artesanos repartidos por todo el valle del Jura.

Una vez fabricados los componentes, se envían al castillo de Bovet, donde los relojeros ensamblan, prueban, controlan la calidad y preparan los relojes para su envío.

 

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