Los desafíos a los que se exponen las empresas en el desarrollo de su actividad económica en nuestro país y en el mundo hace que sea necesario tener como aliados a los profesionales del derecho, certificados y con una educación continua, para navegar exitosamente frente a cualquier reto que se presente.

Actualmente, las condiciones de nuestro país hacen imprescindible el acompañamiento de abogados especialistas en el campo jurídico corporativo para diseñar y visionar el desarrollo de la actividad de los negocios. Hoy, México representa una opción extraordinaria en el Nearshoring, un fenómeno en el que los abogados darán a los empresarios asesoría especializada en aspectos legales y regulatorios para establecer operaciones comerciales. 

De acuerdo con la Barra Nacional de Abogados, la función de los litigantes es clave para lograr el cumplimiento normativo ante los órganos reguladores competentes, ya sean internacionales, federales, estatales y/o municipales, ya que de ello depende el funcionamiento exitoso de la relocalización.

“Los negocios y despachos legales deben estar capacitados para atender esta dinámica económica en el área jurídica, con la finalidad de vincular la idiosincrasia empresarial extranjera con la regulación nacional, y adaptar ésta a las formas más eficientes de seguridad y cumplimiento que ofrece nuestra legislación”, explica el Maestro Édgar del Valle Alcántara,  asesor jurídico corporativo y fiscal de empresas, con 30 años de experiencia profesional y docente en la Barra Nacional de Abogados.

En los últimos años, y con el acelerado auge del comercio electrónico, existen amplias áreas de oportunidad en materia regulatoria, indica el especialista. En México existen leyes en el ámbito en las que se ha intentado ordenar tal actividad, las cuales no han sido del todo eficaces, como la Ley para Regular las Instituciones de Servicios Financieros.

“El abogado corporativo debe actualizarse y capacitarse en el manejo de las diversas plataformas, programas y sistemas digitales avanzados para administrarlos y generar productos a la medida de las capacidades y necesidades de las empresas a las que van dirigidos, ya que, de lo contrario, aumentaría el riesgo de generar una contingencia patrimonial no deseada”, indica.

Para Murguía Consultores –expertos en asesoría y comercialización de fianzas, seguros y administración de riesgos–, con el inicio de la era digital o la cuarta transformación industrial se han producido cambios disruptivos en la práctica jurídica que han impactado considerablemente en la forma de trabajo para los abogados. La creciente digitalización de la información, la regulación del comercio electrónico y el uso de nuevas herramientas legales,  como el uso de inteligencia artificial, blockchain, automatización de contratos (legaltech), añaden un aspecto más de complejidad a la labor legal, consideran.

A esto se suman los constantes cambios en las normatividades nacionales e internacionales, con lo que los juristas requieren de una actualización continua, principalmente en asuntos de protección de datos personales, ciberseguridad y delitos informáticos. 

En consecuencia, afirma Murguía Consultores, el reto se centra en asesorar y representar a los clientes de manera efectiva y con altos estándares éticos y profesionales en un entorno digital.

“Para las compañías, contar con asesoría legal y especializada será siempre un acierto”, aseguran.

Un equipo de abogados, explica Murguía Consultores, puede brindar beneficios en términos de asesoramiento especializado de un tema en específico, lo que evita problemas legales futuros y provee mayor seguridad;  ahorro de costos y tiempo, pues el pago de sus servicios son deducibles; minimización de los riesgos legales, pues los abogados podrán identificarlos y mitigarlos para proteger los intereses de la empresa. 

Además, cumplimiento normativo, aplicación de la regulación nacional e internacional vigente así como de las prácticas corporativas actuales.

En el caso de Murguía Consultores, los abogados generan un valor agregado al cuidar la relación comercial del cliente con su contratista en una reclamación de fianzas; además de asesorar en todo el proceso para la recuperación de los montos afianzados. 

Asimismo, el nexo con las afianzadoras/aseguradoras provee de una mayor confianza y seguridad en la resolución de las disputas, evitando que los clientes demanden en una vía jurisdiccional, que generaría un mayor gasto y mayor tiempo de resolución de los problemas legales, todo bajo un marco de protección de datos personales de clientes y ciberseguridad.

 

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