La estirpe japonesa de Grand Seiko carga con la sabiduría de la precisión y la alta estética en su ADN. Con un conocimiento que se ha desarrollado a través del tiempo y a partir de la destreza artesanal con la que son manufacturadas, sus piezas encuentran el balance perfecto entre la belleza y la exactitud de sus movimientos.

Un sello de esta casa relojera es la dedicación que se ejerce en cada una de sus piezas. El delicado trabajo de los artesanos consiste en perfeccionar detalles como el Pulido Zaratsu en cajas y brazaletes, técnica que otorga un acabado brillante, de efecto espejo y sin distorsión en el reflejo. A esto se suma el trabajo en las esferas texturizadas, inspiradas en la deslumbrante naturaleza de la región asiática, cuya elaboración puede llevar un proceso de hasta 80 pasos.

A estos elementos, de entrada sobresalientes por su belleza, se les suma lo que probablemente sea el principal aporte de Grand Seiko a la relojería moderna, que es la impecable exactitud de sus movimientos, en los cuales ha centrado sus esfuerzos, para convertirse en una firma relojera referente en el tema, multipremiada y reconocida mundialmente.

Herencia y desarrollo

La firma lanza oficialmente su primer reloj en 1960 aunque se convierte en marca independiente oficialmente hasta 2017. Nace con la idea de perfeccionar el conocimiento heredado para crear piezas más estéticas, duraderas y precisas, esto último con el desarrollo de innovación y la sabiduría de sus maestros relojeros. Estos son los movimientos insignia de la marca hoy en día:

Spring Drive: Se trata de un movimiento híbrido, que combina las características de un calibre mecánico con las de cuarzo, por medio de un electro regulador magnético para crear un efecto de deslizamiento en las manecillas del reloj. Esto ofrece un nivel de precisión que ningún reloj mecánico puede igualar, de ± 15 segundos por mes.

Consiste en un movimiento accionado por resorte con tecnología electrónica de última generación que funciona sin pilas u otra fuente externa. Su única fuente de energía es un resorte que impulsa una serie de engranajes. Un rotor conectado al final de estos engranajes genera una pequeña carga eléctrica que activa un circuito electrónico y un  oscilador de cuarzo.

Para perfeccionar su movimiento insignia, la marca tardó 27 años en desarrollarlo, por lo que inició a trabajar en él en 1977 y finalmente vio la luz en 2004. Es el calibre 9S de la marca.

Hi-Beat: El calibre 9R de la firma japonesa es un movimiento mecánico de alta frecuencia que ofrece un nivel de precisión de altos estándares. En el Hi-Beat de Grand Seiko, la espiral oscila a 36 000 bph (7200 bph más que un movimiento convencional), el resultado es un efecto de barrido, mucho más suave que el resto.

La oscilación a alta velocidad proporciona una alta estabilidad y resistencia a los golpes, además de una notable reserva de marcha de 55 horas y una durabilidad que asegura un gran rendimiento a largo plazo.

Hoy Grand Seiko no solamente sostiene su herencia, sino también avanza hacia el apasionante futuro tecnológico al desafiarlo con la base de su ADN: precisión, movimiento, legibilidad y la profunda belleza de sus piezas.

 

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