Por Víctor Hugo Arteaga*

La semana anterior el presidente de México sobrepasó todos los límites habidos y por haber en su relación con los representantes de la mejor prensa del mundo y por si fuera poco, puso de manifiesto el modo en que los periodistas habrán de cubrir sus últimos meses en la administración.

Primero reveló de forma increíble el número telefónico de Natalie Kitroeff, la jefa de la oficina de uno de los medios más prestigiados del mundo, el New York Times, y, por si fuera poco, un día después minimizó su acción y amenazó además desde Palacio Nacional al resto de los periodistas serios de México, al advertirles que le “bajen dos rayitas a su prepotencia”.

A este Presidente, ya de plano le vale una pura y dos con sal las leyes que salvaguardan el derecho a la protección de datos y por encima de cualquier ley, dijo, está la calidad moral del Presidente, o sea, como decía José Alfredo Jiménez, su palabra es la ley.

En el peor país del mundo para ejercer el periodismo, ya que sólo en 2022 fueron asesinados 13 periodistas y comunicadores, además de 43 de ellos durante la gestión de AMLO, el Presidente plantó bandera de una vez por todas y no pudo contener más su ira y su fobia que tiene contra quienes ejercemos esta tarea.

Para el Presidente mesiánico, el que usa parábolas y alegorías bíblicas, se siente el salvador del mundo y declara que si no se está con él, entonces se está contra él. Así el nivel de egoísmo, de narcisismo y egolatría. Al Presidente lo hemos perdido.

Lo que se vivió a continuación, fue una clara muestra del hartazgo que tienen los periodistas y muchísima gente, del nivel con el que se maneja Andrés Manuel López Obrador, quien en las siguientes horas a sus declaraciones fue golpeado donde más le duele: en sus hijos y familia, incluyendo a la candidata de Morena a reemplazarlo tras las elecciones del 2 de junio.

Como fichas de dominó fueron cayendo o más bien “subiéndose” a los grupos de WhatsApp y redes sociales, los números de los hijos del Presidente, en clara revancha a sus palabras dichas en la conferencia de todos los días.

Los hijos del Presidente reviraron su molestia en redes sociales y les cayeron a palos en los comentarios que se leían a lo largo del fin de semana, demostrándoles que a su papá, como a aquél tiburón de dibujos animados de la década de los ochenta, Mandibulín, ya nadie lo respeta.

Luego de dar a conocer los teléfonos celulares de la primera familia del país, vino a continuación la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, quien mediante X dijo que los ataques “burdos e inofensivos” no eran nada, en comparación con los números de las encuestas, que según ella, la sostienen hasta arriba en la carrera presidencial.

Lo cierto es que AMLO abrió la Caja de Pandora y en adelante, la sociedad civil, los rivales políticos, los empresarios, los jóvenes, las personas que sí leen los periódicos y que buscan informarse, lo tendrán en la mira.

La sociedad mexicana al parecer ya no está dispuesta a aguantar más la soberbia presidencial, la demencial manera en cómo el Ejecutivo ve su relación con sus gobernados, a quienes rechaza si no están de acuerdo en su política y su forma de ver la vida.

Somos testigos de una naciente forma en que el pueblo sabio, que no es ese pueblo que le sigue a él diga lo que diga y haga lo que haga, comenzará la ascensión al empoderamiento civil.

La de AMLO me recuerda tanto a la película V de Vendetta, en la que el líder de la sociedad perdió la credibilidad ante un mercado electoral que analizaba la teatralidad con la que se conducía, hasta que decidieron crear una revuelta.

Veo un panorama en el que sí, casi es un hecho que la marioneta del Presidente ganará la elección presidencial. Pero al ver las reacciones en cadena que buscan darle la contra a AMLO cada que pone sobre la mesa un tema polémico, se siente en el ambiente un pueblo mexicano que no está dispuesto a seguir a un líder que cada día apesta más a muerto político.

El Presidente ha puesto el tamaño real de la vara con la que mide, pero al mismo tiempo le dio al pueblo sabio la misma oportunidad para pesarlo y medirlo, para que en pocos meses, sea juzgado.

Al Presidente se le olvidó que con la vara que mide, será medido…

Contacto:

*Víctor Hugo Arteaga es Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Periodismo de Investigación por el trabajo Las Empresas Fantasma de Javier Duarte.

X antes Twitter: @arteaganoticias
Instagram @victorarteaganoticias

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

 

Siguientes artículos

México y Latinoamérica, una oportunidad para la expansión global del mercado digital
Por

La inclusión económica, producto de los avances en tecnología financiera, ha sido fundamental en el crecimiento del merc...