El jefe de inteligencia del exdictador de Guatemala Efraín Ríos Montt fue absuelto el miércoles de cargos de genocidio y delitos de lesa humanidad por una masacre perpetrada en los años más sangrientos de la guerra civil de la nación centroamericana. Un tribunal judicial en Ciudad de Guatemala absolvió a José Mauricio Rodríguez, un general retirado de 73 años, por la masacre de más de 1,700 indígenas de la etnia maya Ixil durante el sangriento mandato de Ríos Montt entre 1982 y 1983. “No hay pruebas que acrediten que el acusado estaba enterado de lo que sucedía en las áreas de conflicto”, dijo Delmer González, juez del tribunal al anunciar el fallo del juicio contra Rodríguez. “El sindicado (acusado) no podía impartir órdenes por el cargo y el grado que tenía en el ejército”, añadió, pese a que se reconoció que se cometió genocidio y delitos de lesa humanidad contra los ixiles. Rodríguez fue absuelto por dos de los tres jueces que llevaron el proceso, que se reanudó en octubre del 2017 tras ser suspendido en mayo del 2016 para separar su causa de la de Ríos Montt. Puedes leer:  El Salvador fortalece sus lazos diplomáticos con Cuba “Para mí él sí debería haber sido sancionado porque pasó toda esa información (de inteligencia) y para mí él sí es responsable del delito de genocidio”, dijo la jueza Sara Yoc Yol. El militar en retiro fue capturado en octubre del 2011. En el 2013 él y Ríos Montt fueron juzgados por genocidio por la masacre pero Rodríguez fue absuelto y el exdictador condenado a 80 años de prisión. Las víctimas y familiares de los fallecidos siguieron presionando para que fuera juzgado. “Les pido que me den mi libertad, no existe una sola prueba donde ordené ir a matar”, dijo Rodríguez, en su última declaración ante los jueces la mañana del miércoles antes de la sentencia. Después de la muerte de Ríos Montt en abril de 2018, Rodríguez fue el único alto mando militar juzgado por la masacre de indígenas. Según las pruebas presentadas por la fiscalía, aunque Rodríguez no disparó, violó y no estuvo en el lugar cuando ocurrió la masacre, su participación consistió en dirigir y supervisar los planes militares contra la guerrilla. Los abogados de los familiares y de las víctimas han dicho que los testimonios de los sobrevivientes comprobaron que en Guatemala sí se cometió genocidio y violencia sexual. Desde la mañana familiares de los ixiles y grupos de derechos humanos llegaron a colocar alfombras con flores, fotografías de sus muertos y velas para esperar la sentencia del tribunal. Durante el tiempo que duró el juicio, se escucharon los testimonios de 69 personas y revisaron más de 600 documentos.

 

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