El mundo supera el millón de muertes por Covid-19, y el costo sin precedentes -desde la Gran Depresión– de toda la crisis económica durante este año no se acerca(rá) al valor que muchos han perdido por la ausencia de aquellos que se han ido. No todo en la vida es dinero, saben siempre decir los mejores negociantes y millonarios.

Por supuesto nadie desconoce que existen enfermedades con mayores índices de mortalidad, y que las consecuencias socioeconómicas del proceso también implican decesos por hambre, depresión, acceso al sistema de salud, o error humano; la diferencia en este caso será desde siempre el desconocimiento.

Sin embargo con el paso de los meses se sabe mucho más… según el Imperial College a la fecha existen unos 23,500 ensayos académicos sobre el tema, todos llegan a las mismas conclusiones que también han ayudado a confirmar durante estos meses desde el CDC y el jabón Protex, hasta la querida Alcaldesa de Metepec.

Hay que lavarse las manos, mantener el distanciamiento social, y por supuesto el controvertido tapabocas: eje de discusión, representación semiológica de la existencia -y resistencia- de la debilidad humana, lo que hoy divide visiblemente la posición social, económica y cultural de cada persona con respecto a la pandemia.

Un simple objeto que tácita y delicadamente ha logrado diferenciar y confrontar al rebelde del disciplinado, al que tiene dinero del resto, al que no concibe la vida sin expresión y el que puede omitir la emoción, y por supuesto a los partidos políticos logrando ser clave en su estrategia de comunicación, incluso fuera de Estados Unidos.

Todo esto mientras expertos del New England Journal of Medicine y la Universidad de Cambridge confirman que, la mejor manera de prevenir un pico más fuerte durante la segunda ola del Covid-19, implicará que todos utilicemos tapabocas durante todo el día, dentro y fuera de casa.

Propuesta controvertida aunque fundamentada en la historia. Las pocas evidencias existentes (comparado con el exceso de data actual) confirman que la segunda ola de estas pandemias suele ser peor que la primera, ante la exacerbación de pacientes asintomáticos por las condiciones climáticas (invierno) y los espacios cerrados.

Otros afirman, como los desarrolladores de las vacunas, y Universidades como Oxford, Harvard y de nuevo el Imperial College, que en comparación con el impacto de la gripe española de 1918, al parecer la intensidad física y mental con la cual se vivió la primera ola del nuevo Coronavirus, podrá hacer que la segunda no siga el patrón histórico de su predecesora del siglo pasado (personalmente tengo mucha fe en ello).

De nuevo las cifras no mienten: si se comparan bajo el número de habitantes del mundo en ese entonces (1918) y la actualidad, los 40 millones de decesos generados por la gripe española se transformarían hoy en 150 millones, y la mayoría de cálculos apuestan a que al final, el Covid-19 podría dejar alrededor de 2 millones de vidas perdidas.

Por otro lado, en 1918 los contagiados se estiman llegaron al tercio de la población mundial, y por lo menos en el caso de Estados Unidos durante ese año la contracción económica fue del 2%. Mientras en los escenarios establecidos por Euromonitor, la pandemia actual llegará a contagiar alrededor del 15% con una contracción de la economía global del 7%.

Los esfuerzos entonces han valido la pena, si dentro de la relatividad filosófica (no física) se puede pensar que todo sacrificio generado por el confinamiento y la recesión hecho por cada persona ha salvado un numero de vidas, que aunque indeterminado y derivativo, es real en la medida en que todos aquellos que usted considera en su corazón, eventualmente, siguen a su lado. Desde ahí suena como una GRAN ganancia.

También se vislumbra un nuevo tono en la conversación, donde la vacuna pasa de ser una ilusión y la vacunación, con todas las diferencias socioeconómicas que genere, centrará los temas y polémicas, el rol de los gobernantes migra hacia una conversación donde masivamente ‘pedir calma’ será el diario vivir.

La vida con distanciamiento y confinamiento como regla central se termina de adaptar a la existencia, mientras corporativos y emprendimientos adaptaron su realidad de negocios a este momento, y expertos vaticinan una recuperación donde literalmente el PIB global ira del -7 al +5… DOCE puntos en un año.

La esperanza prima… Mientras el primer capítulo del Covid-19 se trató de encierro, este de recuperación, siempre sin olvidar que si no existe conciencia sobre el cuidado para salvar(se) cada persona, negocio, y economía, lo hecho no habrá valido la pena y tiempo gastado.

Más allá de una posición de miedo, recelo, rabia, o respeto, es evidente que la pandemia existe y es una amenaza latente hasta que no haya una solución verídica, el éxito del segundo capítulo de esta historia estará en hacer conciencia de este hecho, logrando como comunidad darle continuidad a todas las lecciones aprendidas.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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