La agencia Morningstar DBRS ratificó las calificaciones de largo plazo en moneda local y extranjera de México en BBB y las de corto plazo en R-2 (alta), la perspectiva de todas las calificaciones es estable.

De acuerdo con información de DBRS, la perspectiva estable del rating crediticio de México está soportada en la expectativa de que el gobierno mexicano seguirá comprometido con las finanzas públicas sostenibles luego de las elecciones generales programadas para el 2 de junio de 2024.

Las calificaciones crediticias BBB suponen que la próxima administración buscará un ajuste fiscal en 2025 para situar la relación deuda/producto interno bruto (PIB) en una senda estable, pues los dos principales candidatos presidenciales han expresado su apoyo a los sólidos marcos de política macroeconómica del país, incluidas las finanzas públicas sostenibles. 

La agencia señaló que la próxima administración heredará una economía que está funcionando relativamente bien, ya que la producción aumentó un 3.2% el año pasado, impulsada por una sólida demanda interna. 

Indicó que si bien la economía perdió algo de impulso en el último trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, estima que el crecimiento continúe a un ritmo moderado durante los próximos dos años. 

No obstante, las calificaciones crediticias BBB consideran el historial de México de sólida formulación de políticas macroeconómicas, pero con profundos desafíos de gobernabilidad y crecimiento del país. 

Aunque la economía ha mantenido fundamentos macroeconómicos sólidos a través de una serie de shocks, debido en gran parte a su sólido marco de políticas, compuesto por flexibilidad del tipo de cambio, gestión fiscal prudente y un régimen creíble de metas de inflación. 

DBRS añadió que el sistema financiero ha demostrado resiliencia y las cuentas externas del país se encuentran en una posición sólida; sin embargo, importantes desafíos estructurales pesan sobre el perfil crediticio. 

Precisó que los malos resultados educativos, la informalidad generalizada y los problemas de gobernanza de gran alcance han llevado a décadas de crecimiento económico débil; además, una inversión pública mal focalizada genera algunas preocupaciones en el mediano plazo. 

Una preocupación clave es la estrategia comercial de Pemex, que en opinión de la calificadora, es poco probable que mejore la eficiencia operativa o reconstruya su cartera de reservas. En consecuencia, Pemex podría pesar cada vez más sobre las finanzas públicas, ya sea desplazando otras inversiones de mayor rendimiento o contribuyendo a mayores déficits.

De cara al futuro, DBRS espera que el crecimiento potencial del país sea similar al desempeño anterior, aunque las oportunidades de la relocalización de cadenas productivas hacia América del Norte (nearshoring) plantean una oportunidad para las perspectivas de México.

La agencia advirtió que la calificación crediticia podría mejorarse si el gobierno reorienta la política económica o fortalece la gobernanza de una manera que mejore materialmente las perspectivas de inversión de México y si la dinámica de la deuda pública se coloca en una firme trayectoria descendente en el mediano plazo.

Pero la calificación crediticia podría reducirse si hay un deterioro material en las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de México o si se presenta un aumento significativo en la relación deuda pública/PIB en relación con sus expectativas actuales.

Para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la ratificación de la calificación para la deuda soberana de México refleja el compromiso del gobierno federal con el buen manejo de las finanzas públicas, para continuar con un acceso favorable a los mercados financieros nacionales e internacionales.

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