Calificado como el país con mayor riesgo de blanqueo de capitales en Centroamérica, Panamá busca dejar en el olvido esa gris reputación.   La recuperación de la reputación a nivel país requiere de mayor tiempo que las empresariales, sobre todo porque a las autoridades y gobiernos se les exige mucho más, aunado a que en ese proceso intervienen factores como la política y el entorno donde se valoran los indicadores económicos, nivel de desarrollo y calidad de vida de sus habitantes, entre otros indicadores. Por ejemplo, de acuerdo con la mediación en 2014 que realizó el Reputation Institute en América Latina, la reputación país de Panamá es de 53.6 –unos puntos por debajo de la media global, que es 55.0–. El entorno económico, la seguridad, ética y transparencia apalancan esta valoración positiva sobre el Istmo. En junio de 2014, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) incluyó por primera vez a Panamá en la llamada “Lista Gris”, señalando que el país tenía debilidades en la detección y fortalecimiento de la prevención de lavado de dinero en una amplia gama de servicios más allá de la banca. En este momento, los ojos están puestos en Panamá; las actividades ilícitas están vulnerando los sistemas financieros y el país no está alejado de ese riesgo. Incluso, ya la Unidad de Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos alertó a su sistema bancario sobre el alto riesgo que representa hacer transacciones con entidades panameñas y les exige realizar diligencias ampliadas cuando esas transacciones provengan del Istmo. Además, el Índice de Basilea Contra el Lavado de Dinero 2014 ubicó a Panamá como el país con mayor riesgo de blanqueo de capitales en la región centroamericana. Para atender las exigencias del organismo internacional, el Consejo de Gabinete de la administración del presidente Juan Carlos Varela aprobó el anteproyecto de Ley contra el blanqueo de capitales, el financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva, en el que se incluyen una mejor supervisión y control a nuevos servicios como la Zona Libre de Colón y otras zonas francas, la Lotería Nacional, casinos y de aquellos establecimientos dedicados a apuestas y juegos de azar, promotoras y corredoras de bienes raíces, compañías de seguros, reaseguros y corredores de reaseguros; entre otros sectores. La iniciativa viajó a la Asamblea Nacional de Diputados, y debe recibir los tres debates. Luego regresará al Ejecutivo para la correspondiente sanción del presidente y convertirse en ley de la República. Tras esos pasos entrará en su fase de implementación. Es un periplo que debe cumplirse para tener los cambios listos de cara a una nueva revisión por parte del GAFI. Pensar que la reputación de Panamá puede ser de color gris conlleva muchos riesgos reputacionales que impactarían directamente en la economía y crecimiento del país. No en vano, el gobierno y los principales actores del sector económico han emprendido esta lucha contrarreloj para eliminar a Panamá de esta lista, y dejar en el olvido la “reputación gris” que se cierne sobre el país. Resumen del artículo publicado en la revista uno. Puedes leer el artículo completo aquí.   Contacto: Twitter: @LlorenteyCuenca Facebook: llorenteycuenca LinkedIn: llorente-&-cuenca Web corporativa: llorenteycuenca.com Web de d+i LLORENTE & CUENCA   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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