Los disturbios provocados por los anarquistas del llamado Bloque Negro que se infiltraron en la marcha de este martes por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 dejaron pérdidas por 50 millones de pesos, según denunció este miércoles la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco CDMX).
“La Canaco CDMX reconoce las legítimas demandas de los manifestantes, pues se trata de una expresión ciudadana que como institución respetamos. Sin embargo, debemos recordar que los derechos de unos no pueden estar por encima de otros contemplados en nuestra Carta Magna”, dijo en conferencia de prensa el presidente del organismo, José de Jesús Rodríguez.
El empresario detalló que, en la ruta de la marcha, sobre Paseo de la Reforma y avenida Juárez, se ubican 7,802 establecimientos comerciales y de servicios, los cuales optaron por cerrar sus puertas para garantizar la seguridad de su personal. Esto habría generado una pérdida por ventas no realizadas de 20 millones de pesos, dijo la Canaco CDMX.
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Rodríguez Cárdenas estimó que la manifestación afectó a 6,861 micronegocios, 772 pequeñas y medianas empresas y 169 empresas grandes, que en total emplean a casi 62,000 personas. De acuerdo con las estimaciones del organismo empresarial, los daños materiales provocados por los anarquistas ascienden a los 30 millones de pesos.
“Ante este panorama, el líder del comercio organizado de la CDMX manifestó su extrañamiento por la nula vigilancia tanto de las autoridades del gobierno capitalino, como del gobierno federal, lo cual propició que manifestantes destrozaran completamente diversos establecimientos, por lo que exigió que sea el propio gobierno quien resarza dichos daños”, lanzó la Canaco.
Uno de los establecimientos más afectados fue el restaurante Sonora Grill, ubicado en Paseo de la Reforma y Plaza de la República, donde los anarquistas realizaron disturbios en represalia por el caso de discriminación en el que se vio envuelto el restaurante a principios de este año, un caso que incluso enfrentó a la cadena con el gobierno de la Ciudad de México.
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Los anarquistas del llamado Bloque Negro también realizaron diversas pintas a lo largo del Paseo de la Reforma; dañaron las fachadas del Hotel Imperial, de un Starbucks ubicado en el cruce de Niza y Reforma, en un café y un gimnasio de la Torre Cuarzo, cerca del periódico Excelsior, así como otros establecimientos a lo largo de la ruta.
Los familiares y el contingente principal que marchó para pedir justicia por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, se deslindaron del grupo de anarquistas e incluso los separaron de la marcha principal, por lo que los encapuchados realizaron sus actos por cuenta propia. La marcha culminó en el Zócalo, donde reclamaron al gobierno el esclarecimiento del caso.
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