Te ha pasado que te quedes sin energía eléctrica. En más de una ocasión hemos tenido fallas en nuestro sistema eléctrico por problemas técnicos o humanos en la generación, distribución o transmisión de energía, aunque también puede haber pasado que simplemente se te pasó liquidar la factura y seguro has pagado las consecuencias.

En ocasiones no se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde y eso es muy común cuando “se va” la energía eléctrica. No podemos leer si es de noche; ver la televisión, prender la bomba de agua, usar la secadora, utilizar la lavadora, cargar el teléfono celular, prender el radio, entre muchas otras cosas que dependen de la energía. 

Sin electricidad, todo se vuelve un caos y eso, sólo hablando de la falta de electricidad en casa porque hay empresas e industrias que sin energía se paralizan y registran pérdidas millonarias de recursos.

Los actuales retos en materia ambiental exigen un mayor compromiso por parte de actores públicos y de la iniciativa privada, especialmente en materia de optimización de los recursos necesarios para sus operaciones. 

Por eso tiene mucho sentido cuando nos hablan de eficiencia energética y ahorro de energía. La eficiencia  energética, entendida como el conjunto de acciones que permiten mejorar la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios que se obtienen a partir de su uso, sin afectar la calidad de vida de los usuarios.

Dicen que la mejor energía, es la que no se utiliza, pero no se trata de ahorrar energía eléctrica apagando la luz, desconectando la lavadora, la estufa o el aire acondicionado. Ahorremos energía y no esperemos a carecer del servicio de electricidad para empezar a utilizarlo de una manera más eficiente. 

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La eficiencia energética permite contribuir con el ambiente porque entre menos energía se use más se evita la quema de combustibles fósiles para generarla y también porque supone ahorros considerables de dinero. Nadie puede dudar de los efectos nocivos que está generando el cambio climático, así que la eficiencia energética representa un paso necesario, justo y asequible para contribuir a la preservación y remediación del ambiente. 

A nivel mundial los edificios consumen el 40% de la demanda de energía, además son responsables de un tercio de las emisiones globales de Gases Efecto Invernadero, así que pequeñas acciones pueden generar grandes cambios en la matriz energética. No dejemos todo el trabajo a las políticas públicas. Elijamos las lámparas, electrodomésticos, herramientas y dispositivos que ocupen menor energía; impulsemos la generación distribuida y generemos las condiciones necesarias para la automatización y sistematización en casa y en el trabajo. 

Cuando reducimos nuestro consumo energético o lo eficientamoo no sólo estamos siendo amigables con el ambiente, también estamos generando condiciones para un mayor crecimiento económico. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, las inversiones en eficiencia energética tienen el potencial de aumentar 1.1% el crecimiento de la economía global. 

Parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU al 2030, es tener energía sostenible para todos y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética, contribuyamos con el cumplimiento de esas metas si queremos seguir coexistiendo en este planeta con la naturaleza.

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