Por Claudia M. García Mancilla* El precio internacional del petróleo y de los combustibles sigue al alza. Esto afecta directamente el precio de los mismos a nivel nacional. En Guatemala, como supongo que pasa en otros países, cuando el precio internacional del crudo sube, el efecto es inmediato en el alza del precio del combustible. Sin embargo, cuando se dan las bajas en el valor internacional, la disminución de precios de combustible sucede de forma lenta y casi invisible. Pero sin duda, este incremento mundial tendrá efectos sobre la inflación, el consumo y el crecimiento económico. El informe del Instituto Nacional de Estadística para abril indica que hubo un efecto importación sobre la medición de inflación, debido al alza de los combustibles. El efecto importación se refiere a aquel incremento de la inflación que provoca una situación externa al país, por lo tanto es importado. Pero veamos cuál es la situación a nivel internacional y así estar en la posibilidad de prever algún escenario que pudiera afectar a Guatemala. Las condiciones geopolíticas son el principal factor que se refleja en el precio del petróleo. En este sentido, inciden las tensiones políticas en Medio Oriente, así como la disminución de la producción en Venezuela, que es uno de los principales productores de este preciado bien, y que ha estado sumido en una crisis importante a nivel económico, pero que al mismo tiempo es miembro activo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). En este caso, la disminución de producción proveniente de Venezuela podría alterar los precios, ante la escasez que puede ocasionar esta parálisis. Para la OPEP, el incremento de precios podría parecer algo positivo; sin embargo, en el largo plazo, de continuar con esta situación, la demanda podría verse orillada a la baja, a pesar de la rigidez de la que padece. Recordemos que, durante la crisis del petróleo, donde el incremento de precios registró niveles históricos, hubo algunos productores que decidieron cerrar sus actividades, pues los costos ya no les eran rentables. Ante un alza, podrían verse atraídos a ofertar nuevamente su producción de crudo. En el caso de Guatemala se comienza a observar un leve incremento en la inflación, precisamente derivado del aumento del precio del combustible. Dentro de los gastos que presentaron alza para el mes de abril figura el diésel, lo cual incidirá en el transporte y, sobre todo, en la movilización de los bienes y servicios que consumimos. Desde hace más de un mes se refleja un alza sostenida en el precio del combustible. Actualmente en Guatemala se han observado ajustes en las gasolinas, pero es seguro que en las importaciones futuras de los productos derivados del petróleo se eleven los precios. Este es el primer efecto directo, sin embargo, esto también impacta en toda la cadena económica, desde la producción de los bienes, pasando por la distribución y la comercialización de estos. Esta situación afecta considerablemente el presupuesto del hogar, ya que a pesar de que el valor del combustible esté incrementándose, las personas requieren desplazarse día a día y ante la ausencia de una alternativa de transporte público o colectivo, existe la necesidad de realizar este gasto. Otro factor que agrava la situación es que actualmente en Guatemala existe un registro de aproximadamente 3.6 millones de vehículos que se encuentran circulando o al menos están activos en la Superintendencia de Administración Tributaria, lo que sugiere que se realiza un mayor gasto ante el incremento del tráfico. Por si esta situación no fuera suficiente, existe un déficit en el mantenimiento de tramos viales, tanto de los urbanos como de los rurales. La falta de inversión está ocasionando más problemas a nivel económico, haciendo que la propia economía se encuentre en una etapa de inestabilidad, de menor inversión y de bajo crecimiento, y este es un escollo que las autoridades deben de atender. En junio, los guatemaltecos debemos de pagar el impuesto de circulación de vehículos, y el panorama de aumento de los hidrocarburos y sus derivados también engrosarán la recaudación tributaria, por lo que ojalá que las autoridades realmente sean conscientes de las necesidades del país y finalmente ejecuten las obras pendientes de realizar. Es urgente hacer algo y no sólo exigir el cumplimiento de las obligaciones de los contribuyentes. *Economista Investigadora de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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