- Perder el control de los datos personales.
- La propaganda política no regulada (especialmente en la web).
- El esparcimiento de las noticias falsas.
En el principio, “vago, pero emocionante”
Situaciones de maltrato verbal o visual dentro de plataformas sociales, noticias falsas en la Web y su impacto, están haciendo que algunos reconsideren cómo regular Internet.
Ciertas plataformas sociales que han generado grupitos han hecho un gran trabajo de fomentar la interacción para sus clientes, las marcas, pero no han cuidado de forma tácita a sus otros importantes clientes, los usuarios. Recuerdo una frase de Chad Hurley cuando YouTube había sido adquirida por Google, “las marcas van hacia donde se encuentran los ojos”. Sin duda es una realidad, pero dentro de ella también vienen las reglas del juego dentro del club al que quieres entrar.
Durante varios años he tenido la suerte de estar cerca de pláticas y temas que tienen que ver con la forma en la que nos cuidamos en Internet. El cuidarnos empieza por algo muy sencillo, respetarnos, y en varias plataformas ese respeto, nunca se dio. El respeto en buena medida no debe de coartar la libertad de expresión, pero también debe de enaltecer el carácter del diálogo entre humanos (más ahora que tenemos a la Inteligencia Artificial traduciendo por nosotros).
Durante la Cumbre Global para Innovar las Finanzas, realizada en Londres, el padre de La Web (WWW) Tim Barners-Lee comentó respecto a la creación de la Web y el Internet que: “La suposición era que, si dimos a la humanidad un espacio abierto con el que jugar, sucederían cosas buenas”. Reunir a la gente y romper barreras era la utopía detrás de la Web, pero ahora los tres puntos que más le preocupan son: