La ciberseguridad es un campo lleno de incertidumbres y amenazas potenciales. En este entorno, los tomadores de decisiones y los responsables de ciberseguridad a menudo enfrentan el desafío de equilibrar el enfoque entre el peor escenario posible y la probabilidad de que ocurran ciertos eventos. Esta distinción es crucial para realizar un análisis de riesgos efectivo y eficiente dentro de cualquier organización. Sin embargo, es fácil perder el foco y concentrarse en resolver problemas que, aunque de alto riesgo, son poco probables, dejando de lado aquellos con una mayor probabilidad de ocurrencia.

Primero, definamos los términos. El “peor escenario posible” se refiere a la situación más grave que podría suceder si una amenaza se materializa. Imaginemos que un ciberatacante logra acceder a la red de la empresa y borra todos los datos críticos, causando una paralización total de las operaciones. Este es el tipo de escenario que todos tememos y que puede tener consecuencias devastadoras.

Por otro lado, la “probabilidad” se refiere a la posibilidad de que un evento específico ocurra. En términos de ciberseguridad, esto podría significar la frecuencia con la que un tipo de ataque ha sido exitoso en la industria o la susceptibilidad de tu infraestructura a ciertos tipos de vulnerabilidades.

Imaginemos que una empresa realiza un análisis de riesgos y se identifican dos escenarios. El escenario A (peor escenario posible): un atacante sofisticado explota una vulnerabilidad desconocida en el software crítico de la empresa, accede a todos los datos sensibles y los publica en línea. El escenario B (alta probabilidad): un phishing común logra engañar a un empleado, quien divulga sus credenciales, permitiendo acceso no autorizado a algunos sistemas no críticos.

El escenario A es ciertamente aterrador y podría tener un impacto catastrófico. Sin embargo, su probabilidad es extremadamente baja, dado que requiere un alto nivel de sofisticación y recursos por parte del atacante. El escenario B, aunque menos dramático, es mucho más probable y ocurre con frecuencia en muchas organizaciones.

Esta distinción entre peor escenario posible y probabilidad aplica tanto a nivel estratégico como técnico. A nivel estratégico, los tomadores de decisiones deben considerar dónde asignar recursos y esfuerzos. ¿Deberían enfocarse en protegerse contra escenarios catastróficos pero improbables, o en mitigar riesgos más comunes y probables?

A nivel técnico, el mismo principio se aplica, por ejemplo, al gestionar vulnerabilidades y parches. Después de un análisis de vulnerabilidades o pruebas de penetración, es crucial priorizar aquellas vulnerabilidades que tienen una alta probabilidad de ser explotadas, aunque el impacto potencial sea menor, en lugar de enfocarse exclusivamente en aquellas que, aunque muy graves, son menos probables de ser explotadas.

Para tomar decisiones informadas, es fundamental adoptar un enfoque balanceado que considere tanto la gravedad como la probabilidad de los riesgos. En lugar de centrarse únicamente en el peor escenario posible, hay que evaluar ambos factores.

Usar datos históricos y análisis de tendencias permite entender qué tipos de ataques son más probables en cierta industria, aunque esto puede ser muy variable. Esto ayudará a enfocar los esfuerzos de ciberseguridad en los riesgos que más probablemente afectarán a la organización.

El realizar simulaciones de ataques y ejercicios de simulación tipo tabletop para probar la capacidad de respuesta del equipo y directivos ante diferentes escenarios no solo mejora la preparación, sino que también ayuda a identificar áreas de mejora en la estrategia de mitigación de riesgos.

Conocer las amenazas más probables permite diseñar mejores programas de capacitación y concientización, enfocando los esfuerzos educativos en los tipos de ataques más comunes y en cómo identificarlos y responder a ellos.

Como director general o consejero, es necesario hacer las preguntas correctas para asegurarse de que el equipo no está desviando la atención a amenazas poco probables.

  • ¿Cuál es la probabilidad de que este escenario ocurra? – esta pregunta obliga al equipo a proporcionar datos y análisis sobre la frecuencia y la probabilidad del evento.
  • ¿Cuál sería el impacto real de este escenario? – Aunque el impacto potencial puede ser alto, es importante entender las consecuencias prácticas y tangibles.
  • ¿Qué medidas de mitigación tenemos en lugar para este tipo de amenaza?  – esta pregunta ayudará a evaluar si ya se han implementado controles adecuados o si se necesita hacer más.
  • ¿Qué otros riesgos hemos identificado y cómo se comparan en términos de probabilidad e impacto? –  Comparar diferentes riesgos puede ayudar a priorizar de manera más efectiva.
  • ¿Estamos basando nuestras decisiones en datos actuales y tendencias de la industria? – Es importante asegurarnos de que las decisiones se basan en información actualizada y relevante puede mejorar significativamente la gestión de riesgos.

Entender y diferenciar entre el peor escenario posible y la probabilidad es esencial para cualquier empresa que busque fortalecer su postura de ciberseguridad. Los tomadores de decisiones deben estar conscientes de esta distinción para asignar los recursos de manera efectiva y protegerse contra los riesgos que realmente importan.

En el mundo de la ciberseguridad, no se trata de vivir con miedo al peor escenario posible, sino de ser estratégicos y enfocados en las amenazas más probables. Al hacerlo, no solo protegeremos mejor a la organización, sino que también optimizaremos el uso de los recursos y esfuerzos.

Contacto:

Correo: [email protected]

LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/andresvelazquez/

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

 

Siguientes artículos

Así será el futuro de las industrias creativas y su interacción con la IA
Por

La inteligencia artificial gana terreno en la creación de contenidos, sin embargo, aún quedan muchas preguntas por resol...