La empresa Saildrone, con sede en California, ha desplegado más de un centenar de drones marinos equipados con inteligencia artificial para navegar por los océanos y recopilar datos que pueden ayudar en la lucha contra el cambio climático.
Los drones marinos adoptan una apariencia de kayak futurista de color rojo, y están equipados con una serie de sensores de datos, sistemas de radar y cámaras de alta resolución para mapear el fondo del océano y monitorear información como las corrientes oceánicas y la velocidad del viento.
Asimismo, la recolección de datos de estos dispositivos alcanza a las poblaciones de vida marina, manteniendo así seguimiento de los cambios que están ocurriendo en nuestro planeta en este momento.
Saildrone, lo que para algunos podría ser el fabricante de estas joyas de la ingeniería electrónica, es el principal recopilador mundial de datos in situ relacionados con los océanos a través de vehículos sin tripulación, por encima y por debajo de la superficie del mar.
Miden alrededor de 7 metros de eslora, e incorporan una suerte de placa perpendicular con forma de vela, que aloja paneles solares (funcionan con energía solar y son empujadas por el viento).
Las naves se hallan equipadas con numerosos sensores, radares y cámaras de alto rendimiento, que pueden realizar un seguimiento de una gran cantidad de factores como corrientes oceánicas, velocidad del viento, la radiación solar, la temperatura del aire y del mar.
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Drones marinos, no solo por el cambio climático
Asimismo, miden la humedad relativa y las emisiones de dióxido de carbono, y luego envía los datos de vuelta a la sede de Saildrone, vía satélite.
Entrando en detalle, estos drones marinos pueden navegar por su cuenta y realizar misiones en cualquier lugar del mundo, sin repostar ni necesitar asistencia humana durante meses.
Su capacidad para viajar en entornos hostiles como el Ártico los hace increíblemente valiosos en términos de seguridad y rentabilidad de la tripulación, ya que evita todo ese aspecto debido a ser autónomos.
Además, son respetuosos con el medio ambiente y ofrecen una huella de carbono baja o nula, e incluso posibilitan operaciones de impacto ambiental a una fracción del costo de las tradicionales.
A través de su web, Saildrone dice que a lo largo de los últimos 8 años ha estado utilizando embarcaciones autónomas para informar a los científicos sobre cuestiones como meteorología, oceanografía y otras como el cambio climático.
En la actualidad, la compañía también se enfoca en medir las emisiones antropogénicas de CO2, así como su redistribución entre la atmósfera, el océano y la tierra.
En este sentido, las características de alta tecnología y las múltiples habilidades de estos drones marinos se emplean además para promover la conciencia del dominio marítimo, una comprensión efectiva de cualquier cosa asociada con la seguridad del ejido marítimo global, incluido, entre otras, la pesca ilegal, el control del tráfico de drogas e intrusión en santuarios marinos protegidos.
La compañía indica que diseña, fabrica y opera los drones marinos más capaces, probados y confiables del mundo, algunos de ellos también a energía eólica.
Por otra parte, explican que está construyendo los conjuntos de datos oceánicos de alta resolución más grandes del mundo, en colaboración con gobiernos y empresas privadas de todo el mundo.
Vale decir que la tecnología de ala patentada de Saildrone nació de 10 años de investigación y desarrollo en pos de obtener el récord de velocidad sobre el agua.
La empresa tiene su sede en Alameda, California y está respaldada por The Schmidt Family Foundation, Social Capital, Capricorn’s Technology Impact Fund, Lux Capital, Exor Seeds y Horizons Ventures.
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