Un habano es un momento de celebración y en México lo saben, al ser el primer subdistribuidor de habanos S.A. a nivel mundial. Cuba exporta aproximadamente 100 millones de unidades al año, sin contar a Estados Unidos. Este mercado tabacalero es mucho más que humo. Por Sara Maldonado “Siempre que huelo un habano, recuerdo a mi abuelo. Mi ‘Gallo’ fumaba; yo fumo uno a diario”, confiesa Bernardo Andrés, director comercial de Importadora y Exportadora de Puros y Tabacos (IEPT), quien nos recibió en La Casa del Habano, en Masaryk (Polanco). Se trata de una red internacional de tiendas por franquicia fundada hace más de 20 años con capital mixto: “Somos representantes de todas las marcas de tabaco premium de Habanos S.A.”, explica con orgullo. En la actualidad existen 140 tiendas en los cinco continentes. “Habanos S.A. es copropietaria de Importadora y Exportadora de Puros y Tabacos, les pertenece el 50%. Es la comercializadora por la que forzosamente tienen que pasar todos los habanos del mundo, lo que significa una garantía de cultivo, calidad, distribución y almacenamiento por parte del gobierno cubano”, añade. En palabras de Ismary González, segunda jefa de la embajada de Cuba en México, “el habano constituye, además de historia y cultura, una importante fuente de ingresos y empleo para la economía de la isla. Anualmente, exportan alrededor de 100 millones de unidades, que estiman un valor cercano a los 245 millones de dólares (MDD), con una cuota de mercado a nivel mundial superior al 70%, excluyendo al mercado de Estados Unidos”, así lo afirmó en el Habanos Day, la tercera edición de este evento que se celebró en la embajada de Cuba en la Ciudad de México. En nuestro país, asegura Bernardo Andrés, “la industria se ha comportado de una manera extraordinaria contra todo pronóstico: cuando el gobierno propone una reglamentación para acotar el espacio donde se permite o los pictogramas, lo que aplaudimos es que podemos disfrutar de productos legales”. Considera que han logrado dar un paso más,  osicionándose dentro del mercado en un nuevo ámbito: “Nos hemos diferenciado del cigarrillo y estamos en el área gourmet. Cada vez más personas dejan el cigarrillo y optan por los habanos, porque un habano es un momento de celebración; es un compañero para cuando quieres disfrutar, no un hábito. No conozco a ningún fumador de habanos que esté nervioso, se suba a su coche y encienda un habano… Es completamente diferente”. Andrés, quien lleva siete años en IEPT, considera que la industria está bastante madura: “No vamos a tener crecimientos  exponenciales como en el caso de la tecnología, pero tenemos esperanzas de crecer 10% este año. Dentro de unos cinco años, habrá un ‘boom’ por el habano; bajo mi punto de vista, quizá en México descenderá un poco el mercado, porque los norteamericanos son quienes más buscan los habanos, pero así como hay una amenaza, existe también una oportunidad: ¡habrá más fumadores!”. Hay razones para el optimismo. La diferencia entre habanos y puros Los habanos tienen denominación de origen protegida (DOP), su materia prima proviene de Cuba y están hechos a mano, por manos cubanas. Sellos: Dop, Billete Verde de Procedencia y de la importadora, así como hierros en caliente al fondo de las cajas con las leyendas Hecho en Cuba y Totalmente a Mano. Acuse: señala en qué fábrica se hizo y el año de producción. Condiciones ideales de conservación
  • Como los vinos excepcionales, mejorarán con los años, pero requieren de condiciones de humedad y temperatura específicas para conservar sus características originales.
  • Temperatura constante que fluctúe entre los 16 ºC y 18 ºC.
  • Humedad relativa entre 65% y 70% para su mantenimiento.
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