Desde lo alto de sus miradores, Chicago simula ser uno más de los modernos centros urbanos que caracterizan a Estados Unidos. Sin embargo, a nivel de calle, alienta a descubrir un destino que estremece los sentidos al ritmo del arte, más allá de la moda.

En esta ciudad, lo mismo se puede admirar la colección más grande de obras maestras del impresionismo fuera del Louvre de París, que ser testigo de una inquietante exposición, la cual forcejea con la memoria colectiva; o realizar un recorrido por el río.

Los latidos que produce el ingenio humano tienen eco en Magnificent Mile, la zona comercial más exclusiva de la urbe. Ahí se localiza The Peninsula Chicago, el cual cuenta con una sala de exposiciones de arte contemporáneo.

Estados Unidos
Foto: Abel Arciniega

Desde una hermosa terraza que domina el paisaje urbanístico bosquejado por rascacielos, en este prestigiado hotel la mirada atónita descubre, a muy poca distancia, el Museum of Contemporary Art (MCA).

Como si se tratara de un imán, caminamos hasta el museo para adentrarnos en la muestra “Entre horizontes”, la cual examina historias artísticas y de justicia social que conectan a Chicago con Puerto Rico. “Si bien geográficamente distantes, las líneas del horizonte del Lago Michigan y del Mar Caribe se asoman aquí como lugares que representan la memoria y la añoranza para muchos de sus habitantes”, se lee en alguna de las inscripciones.

TRAVESÍA SIN ESCALA

Este encuentro entre el arte y la cultura universal forma parte de la esencia de la “Ciudad de los Vientos”, a la cual se puede llegar sin escalas desde la capital de México con 14 frecuencias semanales de Aeroméxico. Al arribar al destino estadounidense, emerge un mapa de atractivos culturales por descubrir, siendo el Art Institute of Chicago uno de sus protagonistas.

El Art Institute of Chicago resguarda una magnífica colección de obras de los grandes maestros del Impresionismo

Estados Unidos
Foto: Adam Alexander

Este recinto cultural es un auténtico tesoro escondido, el cual resguarda una invaluable colección de obras de reconocidos maestros del impresionismo, esos que provocan largas filas cuando se exhiben apenas tres o cuatro de sus obras en la Ciudad de México, pero que aquí se pueden admirar sin tumultos, porque forman parte de la exposición permanente. Entre los muros del museo es fácil olvidarse del tiempo, al admirar los cuadros de Claude Monet, Gustave Caillebotte, Berthe Morisot o Edgar Degas.

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Al adentrarse un poco más en el recinto, el encuentro con Andy Warhol es avasallador. Y hasta el 27 de noviembre de 2023, también estará ‘Remedios Varo: Science Fictions’. Esta es la primera exposición de la pintora surrealista en Estados Unidos, compuesta por más de 60 pinturas y dibujos. Entre esas obras se encuentran: “Ciencia inútil o El Alquimista” (1955) y “Cazadora de astros” (1956).

Chicago
Foto: Edward Kemeys

Aunque uno quisiera perderse en el laberinto de sus pasillos y quedar atrapado por siempre en ese emblemático museo, lo cierto es que Chicago llama a seguir explorando todas las experiencias que ofrece a la vista del inmenso Lago Michigan.

En el Museum of Science and Industry se conservan los restos de un submarino de la Segunda Guerra Mundial. Ahí también se ofrece la oportunidad de hacer un viaje de 2.000 años al pasado por medio de la exposición “Pompeya”, la cual extendió su periodo de exhibición hasta enero del 2024.

Pero, si de tomar un aleccionador tour se trata, es inevitable dirigir los ánimos de aventura hacia el río que cruza Chicago para, una vez ahí, admirar con mayor detenimiento la portentosa arquitectura e ingeniería que caracteriza a esta metrópoli y poder conocer más detalles sobre la historia que le dio origen. Esa memoria que está en los libros, pero que se experimenta en primera persona al navegar sobre las aguas de ese famoso cauce fluvial.

La portentosa arquitectura de Chicago es admirada en todo su esplendor al optar por un paseo a través de su río homónimo.

Luego de pasar cinco días en sus entrañas, la ciudad se ve diferente desde el Skydeck, con todo y el escalofriante The Ledge, saliente que reta a los visitantes a pararse sobre un piso de cristal a 103 pisos de altura, o el 360 con su ‘Tilt Experience’, una especie de ventana movible que se inclina en un ángulo de 30 grados en el piso 94.

Chicago
Foto: Ranvestel Photographic

Desde cualquiera de estos observatorios, el horizonte de Chicago se perfila de otro modo y demuestra que no nació para ser siempre el “segundo lugar”: que puede ser y es el primero, cuando de generar experiencias enriquecedoras se trata.

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