Por Dafne Navarro Miranda* La evolución tecnológica ha alcanzado un nivel superior, estamos en el umbral de la era donde la mayoría de las cosas estarán conectadas; en la que se podría superar por mucho la capacidad de conexión entre las personas en toda la historia de la humanidad. Le llaman hiperconectividad, una era en la que, según lo que se plantea, la mayoría de los equipos electrónicos estarán conectados a la red y porque no, quizá nuestra vida también se encuentre hiperconectada a la vida de otras personas. El concepto de conectividad suele aludir a la disponibilidad que tiene un dispositivo de ser conectado a otro o a una red. La hiperconectividad (término que por cierto el corrector de idioma de mi procesador de textos marca como un error ortográfico); lo entiendo como la capacidad de un elemento para establecer una conexión, una comunicación o vínculo por encima de lo que está establecido. Recientemente una compañía líder en comunicaciones y telefonía celular anunció que están preparando toda su infraestructura tecnológica para migrar, a finales del 2017, a la conexión 4.5G y para el no muy lejano año 2020 alcanzar una conexión a la red en 5G. Marco Quatorze, Director de Servicios de Valor Agregado de América Móvil, mencionó que una de las evoluciones más importantes que han experimentado las telecomunicaciones es la hiperconectividad a través del Internet of Things (IoT), la cual el mismo define como: “La conexión de objetos de nuestra vida cotidiana a Internet, para que interactúen tanto con personas como con otros dispositivos”. Este escenario previsible nos exige un cambio de paradigma acerca del modo en que las personas estamos disponibles para conectarnos con los otros. Para ello es necesario reflexionar acerca de la transformación social y tecnológica que estamos viviendo, así como la coexistencia intergeneracional y su impacto en las relaciones humanas. Tomando como referencia a la generación Centennial, este grupo de la población se perfila por una tendencia para tomar consciencia de los cambios en el mundo, visualizarse en familia e interesarse por el crecimiento personal y comunitario; junto con la necesidad de mantener en todo lugar y en todo momento las conexiones tecnológicas con las cuales nacieron y han crecido. Analizando estas tendencias se puede vislumbrar que la capacidad de adaptabilidad en el futuro no solo se orientará hacia las nuevas tecnologías, sino también a elegir las habilidades para estar más presentes, generar más cercanía e interés por comprender al otro y retomar las relaciones interpersonales desde un punto de vista más humano. Deseo compartir contigo tres competencias sociales y laborales imprescindibles para incrementar nuestra capacidad de mantener la disponibilidad en la conexión con los otros:
  • Comunicación auténtica
En la cercana era de la hiperconectividad se incrementará exponencialmente el tiempo de interacción con la gente a través de los medios digitales y en las organizaciones el trabajo en equipo será aún más efectivo a través de las plataformas de colaboración en línea. El reto para las personas se encontrará no en el medio, sino en la autenticidad de la comunicación humana. Hablar de una comunicación auténtica refiere a que seamos capaces de expresar nuestra verdad y a escuchar la verdad de los otros, significa un progreso hacia el respeto por la forma en que yo y los otros perciben la realidad de las cosas. De acuerdo con Fredy Koffman en su libro La Empresa Consciente, la comunicación auténtica se logra cuando yo individuo expreso de manera productiva mi punto de vista a los otros, no para convencerlos de que tengo la razón, sino para ayudarlos a comprender por qué pienso de esa manera. Por otra parte, es necesario desarrollar una habilidad para escuchar a los demás y estimularlos a que expresen su verdad, es decir sus pensamientos, su razonamiento y sus emociones. La competencia de comunicación interpersonal formará parte de los modelos organizacionales centrados en un alto valor de confianza. Por parte de los líderes y de los colaboradores se promoverá la cercanía e integración de equipos, fomentando la cohesión en la cultura de las organizaciones, superando así las limitantes de interacción en espacios físicos o la excesiva actividad en línea.
  • Vínculo libre de apego
Hablar de vínculos en términos de tecnologías nos lleva de inmediato a pensar en cómo un dato se encuentra relacionado e interactúa con otro. Los seres humanos creamos vínculos similares, en cada relación interpersonal establecemos interacción o referencia a los sentimientos, recuerdos, expectativas, deseos, intenciones y todo lo que sirve como una clase de filtro para la recepción e interpretación de la experiencia interpersonal. “El sello conductual del vínculo es la búsqueda para conseguir y mantener un cierto grado de proximidad hacia el objeto de apego, que va desde el contacto físico cercano bajo ciertas circunstancias, hasta la interacción o la comunicación a través de la distancia, bajo otras circunstancias” (Bowlby, 1988). Dejar de sobrevalorar los vínculos efímeros que nos satisfacen en la inmediatez de la información, que satisface momentáneamente nuestras emociones, intereses, anhelos y objetivos, será el reto desafiante para muchos de nosotros; después de todo podemos desvincularnos de las personas dando clic en “Dejar de Seguir”.
  • Conexión empática
En el año 2016 durante su visita a México, el director de productos de Facebook Ime Archibong, expuso que el contacto entre las personas a través de las plataformas virtuales es cada vez mayor, pareciera que la inteligencia artificial es algo lejano, pero si son usuarios de internet sabemos que esto es ya una realidad. Archibong comentó lo siguiente: “Hace un tiempo cuando hubo un brote de ébola en África y me puse el Gear Oculus, pude ver cómo se sentía ser un sobreviviente de ébola, durante 15 minutos me pude poner en los zapatos de una mujer sobreviviente y sentir cómo reaccionaba y respondía la gente ante su presencia. La realidad virtual te permite entrar a un nivel de empatía al que es imposible acceder a través de las noticias. Ésta puede unirnos más que nunca”. Ya sea a través de unos visores de realidad virtual o en una entrevista laboral por medio de Skype, será indispensable para nosotros desarrollar un amplio sentido de conexión con la gente con quien se interactúa cotidianamente. La empatía será entonces el recurso humano apreciado en la era de hiperconectividad. Evidentemente estamos preparándonos para que en el futuro inmediato las cosas interactúen entre ellas, para superar nuestra capacidad de conexión con las tecnologías y confío en que también estamos preparados para que evolucionemos hacia una hiperconectividad humana. Cada vez que nos mostremos capaces de conectarnos con otra persona independientemente de su nivel de consciencia, comprendiéndolo desde la perspectiva más cercana a su propia experiencia vivencial, libre de juicios o crítica; permitiremos también la aproximación de nuestros pensamientos y emociones hacia los demás, dejando que ellos conecten con nosotros a su propio nivel. *Dafne Navarro Miranda es  Especialista en Desarrollo Gerencial por el Tecnológico de Monterrey. Asociada de Gestión del Conocimiento de Great Place to Work® México.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @Dfnv Página web: greatplacetowork.com.mx Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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