El ser humano es y ha sido el mismo en todo el mundo y en toda la historia. Un primate muy agresivo, muy sociable, muy sexual y muy herramental que utiliza la información colectiva para sobrevivir. La especie con mayor capacidad para asesinar a los suyos y a los demás.

Desde la prehistoria hemos afectado dramáticamente al ecosistema, y de guerras y magnicidios creo que no hacen falta ejemplos. Una tribu que mata a otra: hombres, mujeres y niños con singularidad crueldad y precisión.

Un mamífero lleno de emociones intensas y a veces muy negativas, que filtra su capacidad de procesar información. Emociones nuevas y viejas atrapadas en su cerebro más primitivo. Celos, envidia, inseguridades, ansiedad, tristeza, ira…la lista es larga.

Su capacidad de anticipar el futuro le crea ansiedad. Muchas preguntas y pocas respuestas. Crea dioses e historias para dominar a otros o para pensar que controla su destino, y crea arte para encontrar armonía en un mundo caótico y hostil o toma sustancias para apaciguarse un rato.

Solo no es nadie, como buen depredador trabaja en equipo. Crea lenguaje y estructuras sociales para convivir en grupos cada día más numerosos. A veces de manera jerárquica, a veces de manera horizontal. A unos los quiere cerca a otros lejos o por debajo. No es fácil socializar y el aprendizaje es tardado, por eso nos lleva tantos años madurar biológica, emocional y socialmente.

La cultura es el conocimiento colectivo histórico, las reglas de cómo sobrevivir para no ser devorado por otro animal, no ser envenenado por una planta, no morir de frío o de sed, pero sobretodo, para no morir en manos de otro ser humano.

Como cualquier otro ser vivo nuestra misión es vivir y reproducirnos, pero requerimos muchos años de aprendizaje y muchos años de cuidado. Por eso vivimos tantos, de otra manera, después de la reproducción estaríamos listos para partir. ¿Qué objeto tiene vivir tantos años? Somos longevos para garantizarle la vida a la descendencia, aunque ahora hay muchos viejos en el poder que no parecen querer eso.

Sin embargo, la cultura no ofrece todas las soluciones, hay que enfrentar nuevas realidades. La inteligencia individual no basta, hay que aprender de los demás. Hemos creado mecanismos para ser más inteligentes aprovechando la estupidez individual.

Entre más complejo el sistema más información requiere, por ello, el ser humano inventó el lenguaje y más adelante, inventó el mercado.

El mercado es un gran procesador de información democrática que toma en cuenta la decisión de cada quien. La libertad que demanda el mercado para operar con eficiencia forzó la libertad política y el surgimiento reciente de la democracia. Reglas para poder actuar en libertad y generar más conocimiento. El ser humano es igual de tonto y agresivo, pero el mecanismo colectivo ayuda a la especie. La democracia es más efectiva que la dictadura porque aprovecha la estupidez de todos y no está limitada por la estupidez de uno.

¿La era de la información es nueva? No, el ser humano siempre ha sabido que la información es lo más valioso para vivir y reproducirse, pero ahora contamos con internet y con sistemas de poder distribuido que nos ofrecen maneras novedosas de relacionarnos, experimentar, aprender de las estupideces individuales y sobrevivir colectivamente.

Programas que aprenden solos y máquinas que interactúan en libertad. ¿Inteligencia artificial? No, inteligencia no-humana; no sujeta a un mamífero sexual, emocional, agresivo y social. Sin tantas emociones, mucho más efectiva en procesar información y por ello, quizá más poderosa.

Bueno no tanto, las máquinas y los programas son sexuales por naturaleza: se intercambian códigos con igual o mayor promiscuidad que nosotros. ¿Agresivas? Pues si el problema es humano, quizá la solución es inhumana.

¿Y el espíritu? No sé. Desde mi perspectiva es la capacidad de interactuar con un campo de información y conocimiento más amplio que muy pocos aprovechan y muchos desvirtúan. Tan poco nos interesa que la ciencia hace todo lo posible por atacarla.

Así entramos al siglo XXI. Tan agresivos, sociales y sexuales como siempre, pero con una herramienta que dentro de poco será más inteligente que nosotros y eso no nos gusta, siempre envidiamos a los más inteligentes y exitosos.

Contacto:

Santiago Roel R. es Director y fundador de Semáforo Delictivo, herramienta de rendición de cuentas, evaluación y análisis del comportamiento de la delincuencia y violencia en México.*

Twitter: @semaforodelito

www.semaforo.mx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

La brecha de la cultura organizacional en M&A
Por

Para el 87% de los trabajadores mexicanos es crítico que los valores de la compañía en la que trabajan estén alineados a...