Hablar a favor de la marcha de pasado 27 de noviembre tiene el efecto contrario para quienes tienen una opinión negativa del presidente de López Obrador, incluso antes de que ganara las elecciones de 2018. En ese sentido, la marcha se suma a los temas que difícilmente pueden ser discutidos desde un enfoque que no sea autorreferencial. En palabras más llanas, es difícil pensar que los opositores al presidente y al movimiento que representa, la Cuarta Transformación, puedan conceder algún mérito a las expresiones populares del pasado domingo.

A pesar de ello, vale la pena intentar leer la marcha en su complejidad, más allá de juicios sumarios que la califican como un desfile del acarreo.

Una de las críticas más socorridas para juzgar la decisión de AMLO de salir nuevamente a las calles es que otros presidentes usaron esa fórmula, el de las movilizaciones populares, para mostrar unidad social en torno al PRI y su control hegemónico del sistema político. Lázaro Cárdenas sería el referente histórico para criticar la decisión de López Obrador de convocar a una movilización masiva.

Sin embargo, México está lejos de ser aquel país de la década de los 30. Ni el sistema político es el que comenzaba a gestarse en ese entonces, en torno a la idea de un partido capaz de darle cabida a todos los sectores sociales, políticos y populares del país. Hoy Morena está todavía en tránsito de pasar de movimiento a institucionalizarse como partido político, en medio de una sociedad polarizada donde es impensable aspirar a un partido corporativista. 

La marcha puede ser analizada desde lo que dijo el presidente luego de cinco horas de caminata del Ángel de la Independencia al Zócalo Capitalino, con motivo del cuarto año de su gobierno. Entre los mensajes más importantes destacan tres. Por un lado, la reiteración del presidente a la no reelección, en segundo lugar, el relevo generacional tanto en términos de la dirigencia como en el perfil de sus simpatizantes y militantes; y en tercer lugar, el concepto de “humanismo mexicano” que estaría aludiendo a un cambio cultural que gire en torno a la reivindicación de la virtud en la cosa pública.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Caben destacar los mensajes que nos fueron dichos y que la oposición esperaba fueran los contenidos de la marcha. No hubo mención a 2024 ni a los nombres que resuenan para continuar con el proyecto de la Cuarta Transformación. Ni Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard ni Adán Augusto fueron aludidos en el discurso. Tampoco hubo referencia alguna a la reforma electoral ni al INE, lo que contrasta con el relato de la oposición de que esta marcha era una reacción frontal a la manifestación para cerrar filas en torno a la autoridad electoral.

Otro elemento desde el cual se intenta denostar la marcha encabezada por López Obrador es desde el acarreo, un concepto que puede ser revisado desde su significado en el sistema de partido hegemónico. Pero el uso de acarreo y los acarreados es más simple en el discurso de la oposición al presidente. Alude a una suerte de negación de la calidad de ciudadanía a quienes deciden expresar su apoyo al presidente, a pesar de ser mayores de edad. Lo anterior en un discurso enraizado en un profundo clasismo y racismo.

Tanto desde la oposición como desde quienes apoyan a la Cuarta Transformación, hay una suerte de batalla por mostrar que unos son ciudadanos libres e impolutos y fuera de ellos, acarreados. Jacques Lacan menciona que “El inconsciente es el discurso del otro”. Quizá sea que, en estas descalificaciones mutuas, los opuestos se reconocen como lo que deben ser: ciudadanía que ejerce sus derechos y libertades.

Suscríbete a Forbes México

Contacto:

Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Twitter: @palmiratapia

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

México Argentina Mundial
Sudar y sufrir con la Selección Mexicana
Por

Cada cuatro años soñamos en grande, pero desde 1930 es la misma historia. No es que esté mal el optimismo, sino quizá qu...