La salud mental es un componente esencial del bienestar general de las personas y su impacto en el entorno laboral no puede ser subestimado. En las últimas décadas, ha habido un creciente reconocimiento de la importancia de la salud mental en los centros de trabajo por su importante contribución al desarrollo de ambientes laborales saludables que favorecen el desarrollo de los trabajadores y que también resultan en ventajas significativas para las organizaciones.

La salud mental en el lugar de trabajo es crucial por varias razones. Con la pandemia aprendimos que el bienestar mental de los colaboradores está directamente relacionado con su productividad. Según estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad y la depresión, pueden reducir significativamente la productividad laboral. Las personas que sufren de problemas de salud mental suelen experimentar dificultades para concentrarse, tomar decisiones y mantener un rendimiento constante.

Hoy sabemos que quienes trabajan en ambientes donde se prioriza la salud mental tienden a estar más satisfechos con sus trabajos y son menos propensos a buscar otras oportunidades laborales. Esto no solo reduce la rotación de personal, sino que también disminuye los costos asociados con el reclutamiento y la capacitación de nuevos colaboradores.

Dada la relevancia de la salud mental en el lugar de trabajo, es fundamental considerar que se requiere un enfoque multifacético que involucre tanto a la cultura organizacional y los programas de salud en los centros de trabajo como iniciativas individuales.

Para lograr una promoción adecuada y de alto impacto en los entornos laborales es fundamental sensibilizar al personal y a los líderes acerca de la importancia de la salud mental, a través de talleres, seminarios y campañas de concientización que aborden temas como el estrés, la ansiedad, y las técnicas de manejo de estos problemas. En ese sentido, los planes anuales de capacitación son el instrumento indicado para lograr incidir en la cultura organizacional.

Desde un enfoque de cumplimiento normativo, las organizaciones deben proporcionar acceso a recursos de salud mental, como programas de asistencia al trabajador, asesoramiento psicológico y servicios de médicos. Facilitar el acceso a estos recursos puede ayudar a los colaboradores a manejar sus problemas de salud mental de manera efectiva, cuidando su bienestar personal y el impacto en la cultura de bienestar organizacional.

En el futuro del trabajo, es vital que las empresas promuevan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Esto puede lograrse mediante la implementación de políticas de trabajo flexible, que permitan a todas y a todos gestionar mejor sus responsabilidades laborales y personales.

En este contexto, es ideal que las organizaciones proporcionen espacios para el desarrollo de habilidades de manejo del estrés a través de la incorporación a los planes anuales de capacitación cursos o talleres sobre regulación emocional e inteligencia emocional es más que una tendencia. En realidad, es parte de la redefinición de los entornos laborales pues crear un ambiente laboral saludable va más allá de la promoción de la salud mental; implica el desarrollo de una cultura organizacional que valore el bienestar integral de los colaboradores.

Un entorno de trabajo bien diseñado puede tener un impacto positivo en la salud mental, a través de aspectos como la ergonomía, la iluminación adecuada, espacios de trabajo abiertos y áreas de descanso. Un entorno físico cómodo y agradable puede reducir el estrés y aumentar la satisfacción laboral.

Fomentar una cultura de apoyo y comprensión es esencial por lo que los liderazgos deben estar capacitados para reconocer y abordar los problemas de salud mental de los empleados de manera empática y sin estigmatización como parte medular de las estrategias de diversidad, equidad e inclusión (DEI).

En ese mismo sentido, los nuevos entornos laborales deben promover una cultura organizacional que reconozca y recompense el logro de objetivos y las habilidades con el objetivo de fortalecer el bienestar de los colaboradores. Así, el salario emocional y los programas orientados a crear sentido de pertenencia a través de la motivación pueden ser motores importantes para el desarrollo de nuevos espacios de trabajo en los que se privilegie la salud física, mental, emocional e incluso espiritual.

Las corrientes modernas de liderazgo hoy hablan de transformación y equilibrio como puntos detonadores de desarrollo y florecimiento humano.

Abordar el bienestar personal y laboral con especial importancia en la salud mental en los centros de trabajo es indispensable. Promover la salud mental y desarrollar ambientes laborales saludables no solo beneficia a los colaboradores, sino que también tiene un impacto positivo en la productividad y el éxito organizacional.

Las empresas que invierten en la salud mental de sus trabajadores están mejor posicionadas para atraer y retener talento, reducir costos asociados con la rotación de personal y mejorar el rendimiento general. Implementar estrategias que promuevan el bienestar mental y crear una cultura organizacional que valore la salud integral es una inversión que resulta en beneficios tanto para los individuos como para la organización en su conjunto.

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