Por: Lucrecia Iruela

El 20 de Enero de 2023 se ha creado un precedente histórico en el Silicon Valley. El CEO de Google y Alphabet, Sundar Pichai, exponía lo siguiente” tengo noticias nada fáciles de compartir. Hemos decidido reducir la plantilla 12,000 empleados. Hemos mandado correos de forma separada a todos los afectados. En otros países, el proceso tomara más tiempo debido a las leyes locales.”

Con estas noticias se levantaba el Silicon Valley. En especial la zona de Montain View donde están la mayoría de las oficinas de la empresa matriz de Alphabet. Los empleados se enteraron por un correo mandado a las dos de la mañana aproximadamente haciéndose público unas horas después.

Muchas de las otras multinacionales ya habían despedido en el 2022. Desde Twitter, Amazon, Microsoft, Oracle y HP entre otras muchas. Cuando las grandes del Tech empiezan a perder empleados el resto se tambalea porque el ecosistema del Silicon Valley se nutre de ellas. En realidad el resto del mundo se resiente. 

Ya conocíamos la situación. Ya se sabia que habría más despidos y de hecho otras empresas ya despidieron. Si la noticia no era nueva y otras empresas ya lo habían hecho ¿cuál es el precedente? 

El ambiente que se respira estos días tiene una energía mas allá de la perdida del empleo. A pesar de que esto ya es devastador en sí. La repercusión ha sido multidimensional. Tanto Apple como Google parecían que estaban protegiendo más a los empleados que el resto de las empresas. Parecían que tenían un plan más protector a largo plazo y que habían hecho sus estrategias alrededor de la plantilla con la que contaban. Había una especie de pacto no escrito dónde los empleados de estas dos organizaciones se sentían seguros y aunque el mundo durante la pandemia se estaba cayendo, sabían que la corporación no les fallaría. 

Apple ha mantenido a sus equipos dentro de lo que cabe. Forbes publicó que la empresa tan solo ha prescindido de 100 profesionales encargados  del reclutamiento que además no eran empleados en plantilla.  

Pero el caso de Google, ha hecho estragos en la industria de la tecnología y del liderazgo. Google siempre ha sido una empresa abanderada de la cultura que había creado. Google ha sido el ejemplo durante décadas de cómo crear una cultura empresarial basada en el empleado, la confianza y la apertura. 

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La estela que está dejando estos días es precisamente lo opuesto. Los empleados están escribiendo en social media y a través de entrevistas periodísticas sus sentimientos de abandono, poca consideración y lealtad hacia ellos. 

Han un gran debate abierto en el Silicon Valley sobre las razones y motivos de la forma que se ejecutaron los despidos por su frialdad, desconcierto y rapidez. Los empleados de la noche a la mañana no tenia acceso a las cuentas del trabajo y se quedaron fuera del recinto sin poder despedirse de sus compañeros o tener una ultima conversación. 

Personalmente y hablo desde mi experiencia como abogada, creo que la forma en la que la empresa manejo el despido masivo fue lo mas coherente, justo y uniforme posible. Haciéndolo todos al mismo tiempo y sin poner a los managers com mensajeros. 

Pero como profesional del liderazgo puedo observar cabos sueltos. Los empleados de Google se quedaron fuera sin poder asimilar y digerir la noticia y tampoco les pudieron agradecer los años que pertenecieron a la empresa. Sabiendo que el pertenecer a Google no es solo desarrollar un trabajo sino ser parte de una filosofía. 

La desconfianza, la falta de empatía y el no sentirse parte de la comunidad están siendo los grandes protagonistas de ésta decisión como estrategia de negocio. El problema es que los empleados que han despedido han creado un efecto boomerang en los que siguen formando parte de los equipos. 

La apreciación por los años trabajando para una empresa, para una marca, para un producto. Los sacrificios, las horas invertidas, las familias creciendo alrededor de un sueño. En el Silicon Valley la vida se desarrolla alrededor de las empresas porque todo está muy lejos y la vida es extremadamente cara por lo que las decisiones se centran en un núcleo cercano a la empresa. Cuando se rompe ese cordón umbilical, la estructura central se cae de forma exponencial porque el propósito y la existencia de esa persona y sus circunstancias ya no tienen sentido. De alguna forma, la visión de la empresa afecta e influencia en la visión de las familias y sus componentes. 

Bajo esta perspectiva, el liderazgo suple la parte económica. Sabiendo que los despidos se iban a proceder, el shock ha sido su forma de ejecución. Los empleados de Google están experimentando y sintiendo desarraigos dramáticos porque todos, absolutamente todos, conocen a alguien que pertenecía a ellos y ya esta fuera. 

Por eso hay estrés y desconfianza porque no se sabe si la manera de operar seguirá el mismo patrón. En esa caso, el compromiso con la empresa se reduce ante el miedo y la cautela. 

El liderazgo y el manejo de las personas marca la diferencia y por primera vez en 24 años Google nos esta dando una lección de como quizá no hay que hacer las cosas. 

En Mexico los despidos serán suavizados según dictaminen las leyes y las buenas costumbres del país. Lo que no nos cabe la mejor duda es que los abogados de la empresa están haciendo su trabajo para que todo salga de la forma menos traumática para la empresa y esperemos que para todos. 

Como siempre digo podemos Do Better. Get Better. Be Better. 

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Contacto:

Lucrecia Iruela. Abogada, Coach ejecutivo, empresaria. Liderazgo visión 360. Silicon Valley advocate. Marshall Goldsmith 100 coaches.

Twitter: lucreciart

LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/lucreciai/

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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