Hace unas semanas veíamos cómo la economía norteamericana rompía las previsiones de los analistas y mantenía esa tasa de crecimiento que situaba al país en el 2,1% al cierre del tercer trimestre. De la misma forma, hoy conocíamos el impulso que ha experimentado el PMI compuesto -industria y servicios- que volvía a alzar el dinamismo y se situaba lejos del límite de los 50 puntos, límite que marca la barrera entre la contracción y el crecimiento.

El sabor que deja la economía norteamericana entre los indicadores presentados es bastante agridulce. A la vez que vemos ese repunte en la economía norteamericana, los registros de empleo, por ejemplo, los cuales, pronosticados por los analistas, preveían la creación de 140.000 empleos, aproximadamente, tras la lectura, la creación de empleo se situó en los 67.000. Para los analistas, un auténtico shock, pues difiere mucho de los pronósticos. No obstante, dicho sea de paso, hablamos de Estados Unidos.

Una creación de empleo que sorprende, pero que tampoco deja esa sensación pesimista, pues hablamos de un país que, de considerar su empleo de forma objetiva, sigue dentro de los parámetros que, desde la oficina presupuestaria del congreso, se consideran como pleno empleo. Es decir, el empleo en Estados Unidos, pese a la ralentización en la creación, sigue sin ser un riesgo; por lo que, ante esto, es más significativo en estos momentos tomar como indicador de peso el compuesto del PMI, el cual “consolida” ese 2,1% que registraba el tercer trimestre.

Como digo, la economía de Estados Unidos, líder como país a nivel mundial, sigue mostrando esa robustez que le permite afrontar la desaceleración, que desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) califican como sincronizada, con mayor entereza que otras economías. Sin embargo, siguen existiendo grandes riesgos en la economía que podrían seguir ralentizando la economía de una forma más hiriente que hasta ahora, pues recordemos que, en contraste con los pronósticos de principio de año, el crecimiento se situaba en el 3,2%.

La desaceleración de la economía norteamericana es un hecho, pero, como digo, esa desaceleración está siendo contrarrestada de forma eficiente por el país. Aunque haya sido principalmente por el estímulo que ha inyectado Trump a la demanda interna y el fuerte aumento del gasto público, en cuanto a indicadores se refiera, estamos ante una economía que, como se puede observar, está resistiendo la situación mejor que otros países. Y resalto esto por la sencilla razón de que en otros países donde se ha utilizado la misma herramienta de estímulo, el abuso de la política acomodaticia y expansiva ha acabado lastrando la efectividad de la misma.

Esta situación puede jugar un papel fundamental en las próximas elecciones, pues para Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos, mantener la economía en niveles que no rebasen -por debajo- el 2% es su principal estrategia electoral, así como la guerra comercial con China que sacude al comercio global. Por ello, estos indicadores representan un gran resultado para el mandatario republicano, pues ha dotado de un mayor impulso a una economía que ya veía un 1,9% en los pronósticos.

Para justificar lo ocurrido, también debemos tener en cuenta el impulso que ha vivido el consumo en el país. Un consumo que representa cerca del 70% del PIB en el país y que experimentó un gran impulso en los últimos meses. Un impulso que, junto al leve repunte de las exportaciones, ha levantado el PIB hasta esos niveles que mencionábamos. Un consumo que se ha mantenido sólido y con una gran variación positiva respecto a meses anteriores.

En resumen, la economía norteamericana sigue presentando sus vaivenes, aunque éstos se muestran más optimistas que los que presentan otras economías como las de la Unión Europea. Como he dicho, podríamos entrar en valoraciones subjetivas sobre cómo podría incidir en el largo plazo la política aplicada por Trump, así como los efectos de sus políticas proteccionistas -con las que estoy completamente en contra-, aunque, al hilo con lo anterior, si hacemos un análisis objetivo de los indicadores, la economía norteamericana sigue paliando la situación con gran efectividad y eficiencia.

 

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