Teoría de juegos: en un sistema descentralizado, todos buscan su beneficio personal, pero ninguno tiene suficiente poder para poder controlarlo y obtener un beneficio extraordinario que perjudique a los demás. 

En eso se basan los sistemas descentralizados. El poder es de todos, está fragmentado y repartido entre todos sus miembros, de tal manera que todos pueden auditarlo, vigilarlo y frenar los intentos de traición o fraude por una minoría. 

Como nadie tiene suficiente poder para controlar al sistema, todos, al buscar su beneficio personal, benefician también al sistema, es un juego ganar-ganar: ganan los individuos y gana el sistema que protege a los individuos. 

Ese es el principio de un mercado o de una democracia competida: reglas claras, útiles y justas para todos y sana competencia entre las partes. El sistema funciona con mecanismos de auto-control, de auto-ordenamiento tanto en el día a día como en momentos claves como las elecciones. 

Sin embargo, caso contrario, cuando hay un individuo o un grupo de individuos que tiene suficiente fuerza para controlar al sistema, el beneficio que ellos buscan generalmente no es de beneficio para los demás. Aquí les presentamos varios escenarios o casos: 

Caso 1: Grandes empresas con poder para controlar los precios. Son monopolios u oligopolios naturales, de facto. Empresas tan grandes que mueven el sistema a su favor. Para combatirlos se requieren leyes que limiten su poder y autoridad para ejercerlas. 

Caso 2: El político favorece a compadres. Se beneficia a compadres, amigos o aliados. Monopolio u oligopolio de facto, por relaciones. Es la famosa economía de compadres que se da en México a nivel presidencial, estatal y municipal.  Para combatir estos monopolios artificiales es necesario transparentar las decisiones de gobierno, limitar el poder discrecional del político, reducir las reglas y controles burocráticos y castigar a los culpables mediante un Poder Judicial fuerte, efectivo e independiente del poder Ejecutivo. 

Caso 3: Monopolios de estado. El gobierno artificialmente crea un monopolio u oligopolio como puede ser el energético, el educativo o el de sindicatos. Estos grupos abusan del poder que el Estado les ha otorgado. Para combatirlo se requiere apertura a la competencia; reglas claras, útiles y justas para todos; y el poder de observar y auditar por todos. 

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Caso 4. Monopolio de partido o grupo político dominante. Hay un único partido que controla al poder Ejecutivo y al Legislativo. Este fue el caso del PRI en el siglo pasado y es el caso que vivimos actualmente a partir de triunfo de Morena y sus partidos aliados, PT y PES y semi-aliados, por conveniencia o por temor, como el PRI y el Verde.  

Para limitarlo, se requiere un contrapeso en el poder legislativo, una votación a favor de los partidos de oposición que limiten el poder del grupo dominante en una elección limpia, transparente e imparcial.  

Caso 5. Grandes empresarios con acceso al poder. Un grupo de empresarios que dice representar a todos los empresarios, pero que tiene suficiente poder para tener acceso al poder, “derecho de picaporte” con el Presidente o con el gobernador, y cuyo incentivo está en sacar provecho de esa relación. La bandera que usan es la de todos, pero realmente se representan a sí mismos y no tienen incentivos para defender al sistema. Esto es lo que ha sucedido y sigue sucediendo en México; el gran poder económico y el político en mancuerna.  

Caso 6. Descontento de las masas. De alguna o muchas y diversas maneras, en muchos países, de manera racional o irracional, las masas no se sienten representadas por los partidos políticos, ni protegidas por el sistema legal. De manera general, las reglas se perciben como poco claras, poco útiles o justas. Algunos ejemplos son: La Primavera Árabe, el Brexit, Donald Trump, el descontento de la clase trabajadora en los países desarrollados, el populismo de derecha de Europa, las manifestaciones de Hong Kong y el populismo de izquierda en Latinoamérica. 

Es lo que estamos viviendo desde el 2008. Resolverlo no es fácil, pues hay causas estructurales complejas y manipulación de masas en redes sociales a través del temor y la ira. 

 En México, la votación abrumadora a favor de Morena fue un gran voto en contra de lo establecido. Por querer resolver la inseguridad, la corrupción y la economía de compadres, le hemos otorgado el poder a un grupo político que dice representar a todos, menos a los que se oponen a él y, en el proceso, se ha reforzado la economía de compadres, los monopolios de Estado y se pretende institucionalizar el monopolio de partido. 

La teoría de juegos es muy clara: el sistema pierde cuando hay grupos de poder que tienen la capacidad de controlar y manipular al sistema, y si el sistema pierde, perdemos todos. 

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