El pasado martes 13 de julio, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, visitó a su par estadounidense, Joseph Biden. La economía de ambos países fue protagonista de la reunión, y Gina Diez Barroso Azcárraga no perdió detalle de este capítulo escrito en Washington, D.C., en torno a esta relación bilateral fundamental.

La mexicana, que acompañó al mandatario como parte de un grupo de empresarios, no es ajena a estos foros y, desde hace años, participa en la discusión sobre el destino de la economía. Hoy, esta mujer de negocios sabe que México tiene una nueva oportunidad dorada, pero el tiempo podría jugar en contra de la nueva apuesta: aprovechar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y no dejar pasar el nearshoring.

Eso es lo que debe comprender el sector empresarial para aprovechar las oportunidades de un mundo afectado por la pandemia de Covid-19 y las consecuencias que se han generado en las diversas latitudes del planeta, como las cadenas de suministro.

“El reto para México consiste en apegarnos mucho al Estado de derecho, y apegarnos mucho al Tratado [T-MEC…] Yo creo que nuestro país tiene una grandísima oportunidad con el nearshoring, que es, obviamente, traer todo lo que se está fabricando en China hacia nuestra nación”, considera la empresaria. Y es que la pandemia de Covid-19 puso al descubierto las ineficiencias en la cadena de suministro. El 90% del transporte total de bienes se realiza vía marítima, mientras que seis de cada 10 barcos cargueros, en 2021, sufrieron retrasos, según explican, en un artículo, Cecilia Montaño, socia líder de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte Spanish Latin America, y Xavier Ordóñez, socio líder de Cadena de Suministro en Deloitte Spanish Latin America.

Así es como el nearshoring se traduce en una estrategia de producción basada en terceros, ubicados en otros países, que se localizan en destinos cercanos a su ruta final, como sería el caso de México hacia Estados Unidos.

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Costa Rica, Colombia y otros países alzan la mano ante las oportunidades que trae el nearshoring. “Si no nos ponemos las pilas, se nos van a ir a otro lado [los inversionistas]. Si no les facilitamos todo lo que es la seguridad jurídica, si no les damos todas las facilidades de infraestructura, se irán, [ya que] hoy por hoy no hay suficiente infraestructura para estas grandes plantas [que pueden llegar al país]”, explica la empresaria, quien, desde 2020, forma parte de la Junta Directiva del Banco Santander y suma más de dos décadas inmersa en el sector inmobiliario y educativo.

En este sentido, el reto es atraer a los inversionistas y convencerlos de que México ya no sólo es un maquilador, sino que hoy tiene la capacidad de participar en la manufactura de componentes del sector aeronáutico o de biotecnología.

El gobierno, por su parte, debe detonar las oportunidades de sectores especializados para construir la infraestructura que permita desarrollar las actividades económicas en el país. “Necesitamos infraestructura para que estas grandes empresas vengan a México”, dice Diez Barroso, quien también cree que la sociedad mexicana merece superar las divisiones que se han generado entre la población por temas partidistas.

Gina Diez Barroso, México debe ponerse las pilas con el nearshoring 2 (P-W pag.44-48)
Foto: Gobierno de la República

UN PROBLEMA DE IMPUNIDAD

Gina Diez Barroso considera que la visita del presidente López Obrador a Estados Unidos fue exitosa en su relación con las empresarios. La empresaria nacida en la Ciudad de México tuvo la oportunidad de observar el interés del mandatario en los diálogos que entabló con las mujeres y hombres de negocios de ambas naciones.

“Yo creo que [el encuentro] fue muy exitoso”. El reto es llevar las palabras a los hechos, explica.

Ella forma parte del US-Mexico ceo Dialogue, un mecanismo de cooperación creado en 2013, como parte del Diálogo Económico de Alto Nivel que propicia la colaboración entre empresarios de ambos países en áreas estratégicas para el desarrollo del comercio y las inversiones.

Diez Barroso lleva un año participando en las mesas de trabajo. Así fue como la labor previa llevó a Andrés Manuel López Obrador a escuchar los resultados de cada una de las discusiones tratadas en el mecanismo de cooperación y prestar atención a la necesidad de atender el nearshoring frente al entorno mundial.

Para Gina Diez, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania pone de manifiesto que las fronteras territoriales se desdibujan al sentir el vaivén económico: trasciende a Europa y llega a los países del Continente Americano. “La cadena de suministro se está cortando de una manera tremenda y los proveedores de otros lugares están siendo afectados, muchísimo, con las piezas para manufacturar”, explica.

En este sentido, México debe analizar las posibilidades que hay a su alrededor para ser más autosuficiente en la producción nacional y hacer fluir las inversiones con objeto de desarrollar infraestructura. “Si el gobierno mexicano no comienza a crear infraestructura, con o sin inversión privada, no vamos a salir [en tiempo]”.

El país también debe seguir la legalidad para que las empresas tengan la certeza de que su inversión estará garantizada en el largo plazo, sin importar la bandera del partido gobernante.

“Esto no es una cuestión política, sino de derecho. Si a ti te asiste la razón y el derecho, tu inversión debe estar segura […] México no tiene un problema de legalidad [en sí], ni de corrupción, ni de narcotráfico, sino que tiene un problema de impunidad… Necesitamos cero impunidad”, dice la empresaria, quien manifiesta su dolor por el grado de afectación que este hecho trae para la población mexicana menos favorecida económicamente.

El primer mandatario del país también escuchó los temas relacionados con el sector energético y dijo que México no iba a quitar ninguno de los contratos de los permisos ya dados, y que cree en la generación de energía renovable, relata la empresaria.

“Ahora, la cuestión es que se lleve a cabo lo que se dice y que se lleve a cabo el apoyo; y quitar la burocracia [para dar] todas las facilidades por parte de la secretaria [Rocío] Nahle”, dice.

El gobierno mexicano ha impulsado una discusión sobre política energética en el país en los últimos meses, la cual ha llevado a plantear la posibilidad de formar un panel en el marco T-MEC ante el desacuerdo de las empresas de Estados Unidos, lo cual resultaría costoso, ha advertido Francisco Cercantes Díaz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Por otro lado, Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía, también estaba atenta a las reuniones derivadas de la visita presidencial a Washington, para encontrar cómo atraer más inversiones al país. “Hay inversiones billonarias que quieren venir a México. De hecho, dos semanas antes de esta reunión con el presidente, a mí me invitaron a encabezar una mesa con líderes del Congreso de Estados Unidos, que venían a México de los dos partidos [Demócrata y Republicano]”, comenta.

LOS OTROS RETOS

La inflación es un problema para todas las economías del mundo. En el caso de México, la inflación, durante julio pasado, alcanzó su mayor nivel desde 2020, y se ubicó en 8.15%,

en comparación con el año previo, lo que hizo que este indicador acumulara nueve meses consecutivos arriba de 7%, de acuerdo con en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La meta del Banco de México (Banxico) es que la inflación se mantenga en un rango cercano al 3%. Gina Diez advierte que los niveles de inflación superariores al 3% representan un foco rojo para la economía, lo que impone retos frente a la tasa de interés que fija en banco central en el país. “Lo que pasa con la inflación es que empieza como una bola [de nieve] y no la paras. Así que, yo creo que la intervención de Banxico es importantísima”, dice.

Para la empresaria, las compañías deben reconocer que el mercado ha cambiado. “[Debe llegar] el momento en que entiendas eso y estés dispuesta, como en mi caso, a enterrar los proyectos que pensabas que funcionaban antes de la pandemia de Covid, que hoy son proyectos que no van a funcionar, ya sean inmobiliarios, de educación, de manufactura o de lo que sea”.

Otro tema que llama la atención de la mujer de negocios es la migración, un asunto que, dice, va de la mano de la falta de oportunidades económicas y de la violencia en los países que expulsan a sus ciudadanos.

Las visas temporales de trabajo es una cuestión que debe ser impulsada para apoyar a las personas de Guatemala, Honduras y Haití, quienes pueden apoyar en las labores del campo, si solicitan asilo en el país, opina.

MOTOR DE LA ECONOMÍA

La fundadora de Grupo Diarq, de la Universidad Centro y de Dalia Empower se ha distinguido por su lucha en la promoción del talento de las mujeres, por lo que también representa a México en el W20, iniciativa del G20. “La diversidad genera utilidades. El lenguaje que debemos tener [como mujeres] no es de víctima, sino de solidaridad y oportunidad para generar más dinero en el Producto Interno Bruto del país”, dice Diez Barroso, quien cree que la mujer ya es vista como un motor de la economía global y, por ello, debe ocupar puestos de liderazgo. Es importante que las mujeres se preparen bien y reconozcan el poder que tienen como personas.

Gina Diez Barroso recuerda con gusto una frase que le dijo la activista pakistaní Malala Yousafzai durante una reunión del G-20 y que sintetiza su pensamiento actual sobre el impulso de las mujeres: “Mi papá me dio alas para volar y hoy es quien sopla detrás de mis alas”.

La empresaria mexicana no pierde detalle de lo que sucede en Estados Unidos y México, además de percibir las oportunidades del país frente al nearshoring en un mundo que cambió y cuyos retos se hacen presentes en todas las esferas de la economía y la sociedad. “Siempre estoy convencida de que una vida sin conflictos es una vida sin oportunidades”.

 

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