En estos días, el INE está por resolver el número de mujeres que deberán postular los partidos políticos para las nueve gubernaturas en disputa en 2024. Ello podría ser el factor que incline la balanza a favor de Omar García Harfuch o de Clara Brugada en la disputa por candidaturas de Morena para la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
Desde la reforma de 2014, que elevó a rango constitucional la paridad de género en el artículo 41 de la Constitución, partidos y autoridades electorales entran en tensión en cada elección, ante la disyuntiva de hasta donde es válida la interpretación progresiva del principio de paridad.
Ante la ríspida discusión que actualmente sostienen autoridades electorales y partidos, parece imposible no tener una sensación de déjà vu.
Sin embargo, en honor a la verdad, debe decirse que el actual debate sobre la aplicación del principio de paridad en las gubernaturas en disputa en 2024 es más complejo que la polémica que vimos en las pasadas elecciones, particularmente la de 2021.
Recordemos que, para esa elección, el INE emitió criterios para que los partidos registraran por lo menos siete mujeres candidatas en 15 entidades federativas con elecciones de gubernatura. Este acuerdo fue impugnado ante el Tribunal electoral, el cual resolvió vincular a los Congresos estatales y al Congreso de la Unión a legislar para hacer efectivo el principio de paridad en la postulación de gubernaturas. Tal omisión de los órganos legislativos continuó en 2022, por lo que el INE emitió nuevamente criterios para garantizar la postulación paritaria en las seis gubernaturas en contienda.
Para las elecciones de 2023, el INE aprobó nuevamente criterios para que los partidos postularan al menos una mujer en las gubernaturas de Coahuila y Estado de México. Este acuerdo también llegó al TEPJF, que determinó que el INE no podía emitir reglas de paridad en tanto que ambos estados habían legislado en la materia (si bien, posteriormente a través de una acción de inconstitucionalidad, la SCJN invalidó las reformas realizadas a la Constitución y al Código Electoral del estado de Coahuila).
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Hoy, el debate en torno a la paridad y las gubernaturas que habrán de renovarse en 2024 es todavía más complejo. Un elemento nuevo que no tuvimos en 2021 es que algunos Congresos estatales han modificado sus Constituciones para introducir reglas de alternancia en materia de paridad para la persona titular de la gubernatura. Ejemplos de ello son Jalisco, Puebla y Yucatán, estados que renovarán su gubernatura en 2024 y que no están en “omisión legislativa”.
Por otro lado, los acercamientos de los partidos a tener “elecciones primarias” para elegir a sus virtuales candidatas a nivel federal y ahora en los estados, al menos por parte de Morena, son un elemento inédito que pone lupa sobre la libertad de autodeterminación y autoorganización de los partidos políticos, que son también principios constitucionales, como el de paridad.
En la discusión que actualmente tenemos sobre la participación de las mujeres en espacios de representación política hay, después de todo, cierta nota de optimismo, pues refleja un debate vigoroso y crítico sobre estos temas.
Aunque el principio de paridad a rango constitucional “llegó para quedarse”, las mujeres son un grupo que ha sido históricamente discriminado, tanto así que figura tácitamente en el último párrafo del artículo 1º constitucional. Por este motivo, las decisiones que han venido tomando las autoridades electorales en torno a la paridad seguirán siendo necesarias para equilibrar la ausencia de las mujeres en la toma de decisiones en el rumbo del país.
Contacto:
Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Twitter: @palmiratapia
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