Por: Víctor Soulé

El posicionamiento de diversas operaciones en países latinoamericanos como México se ha vuelto cada vez más atractivo para compañías que tratan de llegar al mercado norteamericano o de otras zonas del continente. Factores geopolíticos como una larga frontera que permite un fácil acceso a los vecinos del norte, así como las ventajas fiscales que ofrecen tratados comerciales como el T-MEC, han convertido a México en unos de los destinos favoritos de compañías trasnacionales que buscan las mejores condiciones para el desarrollo de su negocio, especialmente con Estados Unidos.

El nearshoring no es algo nuevo ya que podemos encontrar sus orígenes en los esquemas de manufactura a través de maquiladoras establecidas en territorio nacional, pero sí es un esquema que se potenció a partir de la ruptura en las cadenas de suministro derivada de la pandemia, el incremento de los costos de producción especialmente en China y las incesantes tensiones geopolíticas. 

Recientemente la Secretaría de Economía informó que, según cifras preliminares, en 2022, México recibió 35.3 mil millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa (IED), lo cual representa un incremento del 12% respecto a 2021. La misma dependencia indicó que tiene detectadas más de 400 empresas que quieren relocalizarse en México. Las inversiones en el sector automotor son una clara muestra de la confianza en el país. Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), hasta este año en México hay 21 plantas automotrices, 10 de motores y 7 de transmisiones, a las que habrá que sumar la planta que Tesla instalará en Nuevo León con una inversión aproximada de unos 4,500 millones de dólares para producir más de un millón de autos eléctricos al año.

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Los estados fronterizos se han organizado de manera correcta ante esta oportunidad, con clústeres que permiten la generación de círculos virtuosos con especialistas en distintos rubros: aeroespacial, minería y manufactura, entre otros. 

Por otro lado, cada vez es más importante contar con certidumbre en la reglamentación energética del país, que a su vez es uno de los factores más decisivos para la inversión extranjera. México cuenta con la capacidad instalada suficiente para soportar el crecimiento pronosticado pero el condicionamiento tiene su foco en la generación de energías limpias que responden a la gestión ambiental, social y de gobernanza. 

Sin duda, otro factor importante que deberán considerar las empresas que decidan operar en México, es un entorno laboral con cambios regulatorios que permitan un mercado flexible, a la par de una fuerza laboral capacitada y con alto grado de movilidad.

La innovación como pilar fundamental dentro de las empresas también será crucial, desarrollando nuevos modelos comerciales, aprovechando tecnologías emergentes y el análisis avanzado de datos a través del uso de inteligencia artificial, entre otras soluciones. 

Las compañías con mayor visión aprovecharán al máximo la oportunidad de oro que representa México para generar importantes ahorros económicos y de tiempos, así como relocalizar sus operaciones en un contexto de cadenas de suministro rotas y relaciones frágiles entre gobiernos. 

Contacto:

Socio Director de Cuentas y Mercados para EY Latinoamérica Norte

Cuenta con una trayectoria de más de 30 años de experiencia en EY, ha asesorado a compañías mexicanas y de Latinoamérica en diversos sectores, especialmente en la industria de consumo.  

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