Por Joann Muller A la CEO de General Motors, Mary Barra, le gusta decir que la industria del automóvil va a cambiar más en los próximos cinco a 10 años de lo que lo ha hecho en los últimos 50. Eso es emocionante, pero también arriesgado para los fabricantes de automóviles tradicionales, que están tratando de adaptarse a la creciente popularidad de las apps de viajes compartidos como Uber y Lyft, y el rápido avance de la tecnología del coche autónomo. ¿Qué significará para la industria a largo plazo? Hay un montón de teorías, pero no mucho razonamiento matemático. Dan Malik, analista de ALG, la división de pronósticos de TrueCar, desarrolló un modelo interesante para examinar el impacto potencial de los vehículos de conducción autónoma en la demanda de vehículos. Él admite que es muy difícil predecir las ventas de automóviles para el año siguiente y mucho más hacerlo con las ventas que tendrán lugar dentro de 15 a 20 años. Pero si das un paso atrás, dice Malik, y es bastante fácil de crear una fórmula algebraica con sólo tres variables:
  1. Combinación de propiedad. ¿Cuál es el balance entre los vehículos compartidos y los de propiedad privada?
  2. Ocupación. ¿cuántos pasajeros transporta cada vehículo?
  3. Vida útil del vehículo. ¿Cuánto tiempo duran los coches?
El resultado es que por sí solo compartir el auto no tendrá impacto en la demanda de vehículos ya que el costo por milla es aún mayor que el de los vehículos de propiedad privada (0.94 dólares contra 0.59, de acuerdo con cifras de Deutschebank). “Pero cuando sacas al conductor de la ecuación, el costo del uso compartido de un automóvil parece más atractivo”, dijo Malik. Él ofrece tres escenarios posibles para el 2030, todos los cuales dependen de cómo usen las personas los vehículos en el futuro. ¿Por qué 2030? Los primeros vehículos totalmente autónomos no se espera sino hasta el 2020, y tardarán más de 10 años para que todos los vehículos en operación (el llamado “parque vehicular”) sea reemplazado, por lo que 2030 es el primer marco temporal en el que tiene sentido empezar a buscar algún impacto. Lee también: Muere conductor de un Tesla al usar el piloto automático Para entonces, es razonable suponer que todas las flotas de taxis, vehículos oficiales y de alquiler (6% del total del parque) serán autónomas. Supongamos incluso que 1 de cada 5 coches de lujo personales son autónomos. Aunque ésa es una mala noticia para los conductores de taxi y Uber, no tiene impacto en la demanda de vehículos bajo el modelo de Malik. Los autos se usan igual que lo hacen ahora, y duran aproximadamente la misma cantidad de tiempo (350,000 kilómetros para las flotas de taxis y 257,000 kilómetros para los vehículos particulares.) La ocupación del vehículo sigue siendo la misma, ya que sin un conductor, los autos compartidos pueden recibir a un pasajero adicional. Pero, ¿qué pasaría si para el año 2030 más personas están dispuestas a abrazar la conducción autónoma? Todos los aspectos legales y reglamentarios han sido planchados y a cada vez más gente le gusta la idea de abordar un coche y olvidarse de manejarlo. Bajo este escenario, 30% de los coches pertenecen a flotas autónomas compartidas, otro 23% de los vehículos de propiedad privada son totalmente autónomos y sólo 47% de los coches son vehículos convencionales particulares. Esta transición a vehículos de una mayor ocupación y de mayor duración se traduciría en una disminución de 8.6% en las ventas de vehículos (en comparación con los 16.5 millones de unidades de referencia que serían necesarios para satisfacer la demanda orgánica en 2030 si nada cambia.) En el escenario más extremo, el número de vehículos en la carretera caería a la mitad debido a que más personas confiarían en los vehículos autónomos y compartidos en lugar de vehículos de propiedad privada. (Pide un Uber y será un coche robot el que te recogerá, o toma un tren a la ciudad, y luego aborda un taxi sin conductor para recorrer el último tramo hasta tu destino. Incluso las familias podrían compartir un coche autónomo). Sin embargo, esos vehículos compartidos podrían acumular kilómetros más rápido, por lo que tendrían que ser reemplazados antes. El resultado para los fabricantes de automóviles será una caída de 26% en la demanda de vehículos. Lee también: Éste es el primer prototipo de auto autónomo de Uber Ése será un gran golpe para el negocio principal de los fabricantes de automóviles (aunque no tanto como la caída que experimentaron durante la crisis financiera de 2008) pero recuerda que también están planeando aprovechar las nuevas fuentes de ingresos procedentes de diferentes servicios de movilidad. Malik no hace predicción alguna sobre cómo es que se darán las cosas. Aún es demasiado pronto para predecir cómo reaccionarán los consumidores. Pero todos, desde las compañías de seguros hasta los concesionarios de automóviles y proveedores de autopartes, tienen que empezar a estudiar las cifras.

 

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