- Acceso a mercados de bienes
- Reglas de origen (principalmente en sectores automotriz, textil y de maquinaria)
- Facilitación del comercio
- Competencia
- Medidas sanitarias y fitosanitarias
- Propiedad intelectual y combate a la piratería
- Contratación pública
- Comercio de servicios (incluidas telecomunicaciones y comercio electrónico)
- Inversión
- Mejora regulatoria
- Desarrollo sustentable
- Energía
- Materias primas
- Cooperación sobre pequeñas y medianas empresas
- Mejoras en el proceso de diferencias comerciales
Nuevo tratado comercial con la UE, ‘aspirina’ para México
Las exportaciones al viejo continente apenas representan 6.1% de lo que México envía a EU, por lo que los frutos de la diversificación podrían tardar en llegar.
Este texto se publicó originalmente el 4 de julio de 2017.
La actual renegociación del tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE) representa oportunidades y retos que, de no ser bien enfrentados por México, podrían terminar sólo como una “aspirina” para el problema que padece el país por los embates hacia el TLCAN.
Con el ascenso de Donald Trump al poder, México comenzó a ver atacado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), instrumento con el que ha dirigido la mayoría de sus exportaciones a Estado Unidos.
El gobierno mexicano anunció meses atrás que buscaría diversificar su comercio, a fin de superar la dependencia comercial que tiene con su vecino del norte.
En este marco, las autoridades han visto una oportunidad para caminar a esa diversificación en la actualización del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM), proceso que comenzó el año pasado, luego de 16 años en funcionamiento.
En ese tiempo, el comercio de México con la UE se triplicó, al pasar de 18,505 millones de dólares a 61,681 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
No obstante, esa cifra palidece al considerar el intercambio comercial que México alcanza con sus socios de América del Norte de 502,295,7 millones de dólares, de los cuales 482,237.2 millones son exclusivamente con Estados Unidos.
La relación del país con el grupo europeo es muy distinta a la que mantiene con Estados Unidos y Canadá, y mejorar la dinámica depende de la superación de múltiples retos; de lo contrario, la actualización del TLCUEM sólo ayudará a México momentáneamente.
“Lo vería como una aspirina, te va a quitar el dolor de cabeza un rato, pero terminas yendo al neurólogo para que te dé un tratamiento más largo”, advirtió en entrevista Iliana Rodríguez Santibañez, directora del departamento de Derecho y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
Los temas importantes
Entre los sectores más importantes que actualmente se renegocian con la UE, de acuerdo con Jaime Zabludovsky, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, están el agrícola, servicios e inversión, energía, telecomunicaciones, propiedad intelectual y comercio electrónico.
Específicamente, el rubro de los alimentos es uno de los de mayor cuidado en las conversaciones, pues la UE destina subvenciones a su campo y para México le resultaría difícil competir.
“La Unión Europea tiene muy fuerte el segmento agrícola, pero también mantienen varias subvenciones que hacen competitivo su producto, pero dejan en desventaja al resto de los estados, incluso podríamos hablar, en algunos segmentos, de competencia desleal”, indicó la académica Rodríguez Santibañez.
En abril, durante la última ronda de conversaciones hasta el momento, las delegaciones plantearon sus demandas. Por un lado, la UE solicitó una mayor apertura para sus exportaciones de lácteos, vinos y embutidos.
En respuesta, México pidió un mejor acceso para sus exportaciones de lomos de atún, trigo, espárragos, plátanos, cortes de carne y miel, informó en su momento Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
A su vez, el Consejo Nacional Agropecuario, reportó que se negocian 385 fracciones arancelarias del sector agroalimentario, las cuales conforman una canasta. El 86% de ésta podría tener una desgravación de forma inmediata en algunos casos y gradual –3, 5 y 7 años–.
El 14% adicional de las fracciones quedarían en una categoría de “sensibles”, con un trato especial.
De forma oficial, estos son los aspectos que son parte de la renegociación del TLCUEM: