Ovidio Guzmán López pasará su primera noche como detenido en el penal de máxima seguridad del Altiplano -antes conocido como Almoloya- ubicado en el municipio de Almoloya, aproximadamente a 25 kilómetros de Toluca, la capital del Estado de México. Es la misma cárcel de la que en 2015 se fugó su padre Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo.
En ese penal Ovidio Guzmán López compartirá estancia con otros capos del narcotráfico y exfuncionarios públicos acusados de corrupción. Ahí, por ejemplo, fue ingresado Rafael Caro Quintero, quien fuera conocido como Narco de narcos.
Caro Quintero fue reaprehendido en julio de 2022 e ingresado al Altiplano mientras se concreta su extradición a Estados Unidos. A él se le atribuye la fundación del Cártel de Guadalajara, que después sería conocido como el Cártel de Sinaloa, el cual después quedaría en manos de El Chapo.
Los complejos sistemas de seguridad del Centro de Readaptación Social Número 1, nombre oficial del Altiplano, quedaron exhibidos en 2015 cuando Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, escapara por segunda vez de una cárcel. En esa ocasión lo hizo a través de un túnel.
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Otros líderes de la delincuencia organizada que se han ‘hospedado” en esta cárcel son Héctor El Güero Palma, ex socio de El Chapo, el padre de Ovidio Guzmán. José Ángel Casarrubias Salgado, conocido como El Mochomo, líder del grupo Guerreros Unidos, vinculado con la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
Uno de los ingresos más recientes al Altiplano fue el de José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, líder del Cartel de Santa Rosa de Lima y el principal generador de violencia en el estado de Guanajuato y la zona de El Bajío.
A la fortaleza del Altiplano también ha sido el destino de personajes más añejos en la historia delincuencial del país Daniel Arizmendi López, un famoso secuestrador conocido como ‘el Mochaorejas, o Mario Aburto Martínez, a quien se le atribuye el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la presidencia en 1994.
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También se encuentra en ese penal Israel Vallarta, presunto líder de la banda delictiva Los Zodiaco, un caso que fue denunciado como un montaje armando por el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos.
Otro huésped es Zhenli Ye Gon, el empresario mexicano con origen chino acusado de importar químicos que eran utilizados para la producción de metanfetamina, una de las principales drogas que se trafican a Estados Unidos.
El exdirector de Seguridad Regional de la extinta Policía Federal (hoy Guardia Nacional), Luis Cárdenas Palomino, también está en el penal del Altiplano. Cárdenas Palomino fue la mano derecha de García Luna y es señalado de torturar a los sobrinos de Israel Vallarta.
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Con una superficie de 260,000 metros cuadrados, este penal, antes también conocido como La Palma, fue construido entre 1988 y 1990, en el gobierno del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, e inició operaciones en noviembre de 1991.
Aunque tiene una vasta extensión de 260,000 metros cuadrados, solo 27,00 se usan como área de reclusión de presos de alto perfil acusados de delitos federales, el resto es área de seguridad, salas de espera y estacionamientos.
Sus muros tiene un metro de espesor; las telecomunicaciones están restringidas en un perímetro de 10 kilómetros a la redonda, cuenta con circuito cerrado de televisión, alarmas, detectores de metal, drogas, sensores de presencia y otros.
Como medida precautoria, las celdas en el penal del Altiplano son individuales y el contacto entre los presos es mínimo.
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