La pandemia de Covid-19 y los conflictos geopolíticos entre Ucrania y Rusia, así como entre China y Estados Unidos, ponen un contexto importante en las relaciones entre los países socios de América del Norte y la importancia de su diálogo con otros países de la región ante el reagrupamiento de las cadenas de suministro y avance tecnológico de Asia.

Esta semana que inicia se desarrollará en la Ciudad de México la Décima Cumbre de Líderes de América del Norte, en la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador se careará con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

Para entender qué se hablará en la cumbre y en qué contexto llega, Forbes México organizó una mesa de análisis con la participación de Arlene Ramírez Uresti, internacionalista y articulista de esta casa editorial, y Enrique Perret, director de la US-Mexico Fundation.

Parte de la agenda trilateral versa sobre la necesidad y oportunidad que tiene México para atraer inversiones y convertirse en un verdadero aliado de sus socios comerciales en una carrera tecnológica y económica que ya ha desplazado a dichos países.

Sin embargo, pese a la gran oportunidad que tiene México y sus aliados de Norteamérica, las barreras que ha puesto el país en temas como la política energética e inversión son aspectos que pueden frenar el éxito de la integración regional.

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En la charla con Forbes México, Arlene Ramírez Uresti consideró que al no ser la potencia económica que era en el pasado, Estados Unidos debe aprovechar su reconfiguración y ser más flexible para adaptarse a la realidad global.

“Creo que más que ser tolerantes, los Estados Unidos, como la ex gran potencia y ahora como una potencia en reconstrucción interna, tiene ser más flexibe y está mostrando una mayor capacidad de adaptación. Creo que en ese sentido Estados Unidos está muy consciente de la realidad global.

“Estados Unidos debe explorar nuevas formas de relacionarse con sus socios comerciales, en gobernabilidad y responsabilidad social. Estados Unidos no tiene margen de maniobra, Europa (lidia) con guerra, las cadenas de suministro y energético seguirán siendo temas que golpearán a los mercados. Estados Unidos tiene a la población por arriba de pobreza, por lo que necesita condiciones de adaptibilidad y flexibilizar su rol sobre la región”, consideró.

En tanto, Enrique Perret señaló que por su cercanía y reacomodo de cadenas de sumistro, el país tiene un papel más preponderante como aliado real de Estados Unidos y su carrera tecnológica con China, a diferencia de Japón, Francia o Reino Unido, que han sido estratégicos en el dominio estadounidense.

No obstante, consideró que México actualmente ha dado pasos hacia atrás como parte de la oportunidad que trajo consigo el reordenamiento económico, pues no se ha mostrado abierto en algunas políticas como la energética.

“Más que tolerante, Estados Unidos puede ser mucho más incluyente. Para que eso suceda, México necesita permitir ser incluido. En el tema energético, México pone esa barrera de ser incluido. Para ser aliado necesita haber consenso de los dos alidos. Ser amigos es distinto, podemos ser amigos pero no hacer negocios, en el caso de ser aliados y por ello la importancia del ally-shoring es un compromiso más allá”, indicó.

“En México no se ha tomado una decisión al 100% de si seguimos jugando con China o estamos al 100% con Estados Unidos”, apuntó Perret.

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