“La empresa fabrica actualmente más de mil 200 productos distintos –de los cuales exporta alrededor del 80%–. Para 2019 esperamos un crecimiento de 20%, ya que planeamos una expansión para incrementar la capacidad instalada durante el primer semestre de 2019”, comparte Britton.Desde el año 2000, Plastiexports separó por completo el negocio de los juguetes con el giro que hoy los coloca como uno de los inyectores de plástico privados más grandes del país. “Las posibilidades siguen siendo muy atractivas para que continúe un crecimiento en el sector manufacturero, ya que en varias regiones del país se cuenta con bases sólidas y empresas preparadas para atender la creciente demanda del mercado norteamericano”, describe el directivo.
Plastiexports: la firma que escribe su historia en plástico
Esta compañía pasó de la fabricación de yoyos a las grandes ligas de la manufactura mundial. Hoy Plastiexports se ubica como uno de los inyectores de plástico privados más grandes del país.
De los yoyos a la Inteligencia Artificial, la historia de 35 años de Plastiexports recuerda que las lecciones de evolución también funcionan para sobrevivir y liderar en la era tecnológica. Baldwin Britton, presidente y CEO, atiende desde sus oficinas en la región industrial de Apodaca, Nuevo León, donde la organización se alista, junto con sus cuatro plantas y más de mil 200 empleados, a dar un nuevo salto en su inusual camino de crecimiento.
“Plastiexports nació en 1984, fundada por Rayford Britton”, dice el CEO. “Iniciamos como una empresa dedicada a la fabricación y comercialización de los yoyos y trompos de la marca Duncan”. Pero en 1994, ante el nacimiento del otrora Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la dirección dio un cambio de timón hacia un mar mucho más ambicioso. “Para la fabricación de los juguetes ya se usaban componentes de inyección de plástico, así que la empresa ya contaba con capacidad en ese rubro. Tras el TLCAN, decidimos cambiar el giro de la empresa y servir al creciente número de empresas multinacionales que llegaban al noreste del país, ya que contábamos con experiencia previa de exportación y veíamos en ello una ventaja competitiva”, evoca el directivo.
Plastiexports también es un ejemplo de que la industria del plástico es todo menos estática. Detrás de cada pieza hay una fuerte inversión en investigación y desarrollo, hay maquinaria de última generación, hay equipos de trabajo multidisciplinarios y hay un negocio que opera bajo el entendimiento de un mercado global.
Quien visita la planta de la compañía lo puede certificar tan sólo con observar la diversidad de productos que surgen de una sede más parecida a una fábrica futurista que a una planta que cuenta un pasado de casa juguetera. Ahí se crean tanto piezas minúsculas de un gramo, diseñadas para ser parte de la hechura de un dron, como elementos de metro y medio, que encajan para dar cuerpo a una motocicleta. En el intervalo de éstas hay piezas para electrodomésticos, para equipos de aire acondicionado, para motores y para artefactos que caben en esa inmensa categoría que son los electrónicos.