Aunque el shutdown government no afecta actividades cruciales del gobierno estadounidense, si se prolonga más de una semana, puede golpear la economía de EU y global.     Desde la medianoche del 1 de octubre, alrededor de 800,000 trabajadores de agencias gubernamentales en Estados Unidos suspendieron actividades, debido a que demócratas y republicanos no alcanzaron un acuerdo para ampliar el techo de deuda. Pese a que sí llegó el temido shutdown government, los mercados no reaccionaron a la baja. Al contrario, los índices Dow Jones, S&P 500 y el Nasdaq Composite cerraron con ganancias de 0.41%, 0.80% y 1.23%, respectivamente. Inclusive, el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores ganó 2,86% al final de la jornada. Los inversionistas no reaccionaron alarmados por el shutdown, algo que no ocurría desde 1996, pues un cese de actividades gubernamentales no esenciales por una semana no supone un impacto significativo sobre la economía más grande del mundo. Pero, sobre todo, confían en que al final los legisladores estadounidenses lleguen a un acuerdo que destrabe la ampliación del techo de deuda y permita continuar con la discusión del presupuesto. Pero si las posiciones tan lejanas entre ambos partidos hacen que el cierre de actividades se prolongue más allá del 7 de octubre, las alarmas saltarían: otras actividades gubernamentales relevantes para la economía, como las aduanales, servicios diplomáticos y trámites empresariales, afectarían de manera considerable. La catástrofe aun no llega, pero la polarización política puede traerla.   ¿Qué es el techo de deuda? La figura del techo de deuda existe desde 1917 después de la Primera Guerra Mundial, con el cual se le permite al gobierno de Estados Unidos endeudarse hasta cierta cantidad. Si sus necesidades financieras rebasaban el tope, solicita al Congreso que amplíe el techo. “Lo que le permite el techo de deuda al gobierno es renegociar intereses y ampliar plazos con sus proveedores. No tener liquidez le orillaría caer en impagos”, explica Raymundo Tenorio, director de las carreras de Economía del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe. Un análisis del banco Ve por Más resalta que desde 1940, “el Congreso ha aprobado aumentos en el límite de deuda en casi 80 ocasiones, lo que promedia más de una vez al año. Por lo que, históricamente, el sistema fiscal estadounidense ha funcionado así”. Pero en los últimos tres años, las fricciones políticas han vuelto una lucha lo que antes se consideraba un trámite. En 2011, el atraso en la aprobación del techo de deuda provocó que la agencia calificadora Standard & Poor’s retirara la nota ‘AAA’ a Estados Unidos por primera vez en su historia.   El cierre de actividades no es un problema… por ahora El 30 de septiembre venció el plazo para que el Congreso aprobara el incremento del techo de gasto, ya que la deuda alcanzó su límite de 16.699 billones de dólares (bdd), cerca del 100% del PIB estadounidense. Debido a ello, a partir del 1 de octubre, el gobierno suspendió actividades no esenciales, como visitas a parques y museos. Los servicios de salud, seguridad social y cheques por desempleo siguen operando. La última vez que ocurrió un evento similar fue durante el mandato de Bill Clinton, del 13 de diciembre de 1995 al 10 de enero de 1996, aunque las circunstancias económicas eran muy diferentes, explica Janneth Quiroz, subdirectora de Estrategia Económica del banco Ve por Más. “La economía en 95 alcanzó a crecer 2.7%, pero no se tenía el contexto de ahora, después de una fuerte crisis. En el segundo trimestre, EU creció a una tasa de 2.5% y hay indicadores que aún están mal, como los de empleo y construcción”, explica. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, indica que el impacto estimado en ese tiempo por el cese de actividades gubernamentales fue de 1,400 millones de dólares (mdd). Actualmente, el shutdown mandó a casa a 800,000 burócratas sin goce de sueldo.   Nerviosismo porque siga la parálisis La razón por la que la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, rechazó ampliar el techo de deuda es porque pedía atrasar por un año más el programa de salud instrumentado por el gobierno, conocido popularmente como “Obamacare”, que pretende dar un seguro médico a 48 millones de personas. Las posiciones tan distantes entre ambos partidos conforman el principal riesgo de que la parálisis gubernamental siga y provoque estragos a la economía estadounidense y mundial, coinciden los especialistas. “Si el cierre del gobierno continúa durante todo el otoño del hemisferio norte, el daño sobre el frágil crecimiento de la economía estadounidense podría ser considerable. Sin embargo, un bloqueo de tan sólo una semana no tendrá un impacto negativo”, comenta en un análisis Nick Beecroft, presidente de Saxo Bank Capital Markets en Reino Unido. Si transcurren los días y no se llega una solución, podrían afectarse otras actividades relevantes, como las aduanales en las fronteras con México y Canadá, diplomáticas y consulares, además de trámites empresariales, dice Raymundo Tenorio, del Tec de Monterrey. “Ahorita estamos viendo un cierre parcial de actividades no estratégicas para la economía estadounidense. Es complicada la situación ahora, pero el mercado está descontando que va a haber un acuerdo y por eso hemos visto alzas en las bolsas de valores. Pero si después del 7 de octubre no hay una solución, sería una situación casi de emergencia”, alerta Gabriela Siller, de Banco Base. La afectación a la economía de Estados Unidos variaría dependiendo de los días que siga la parálisis gubernamental, pero es un hecho que afectaría a la economía global, incluido México. Así lo señaló en conferencia de prensa Marco Fernández, director de investigación del Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa. “Si esto ocurre, habrá un impacto en el lado de las exportaciones para México. Menos consumo allá significa menos ventas de nosotros, y eso puede tener un impacto en el dinamismo. ¿De qué tamaño? No lo sabemos”. Los legisladores en EU aún pueden evitar la catástrofe, pero ya está a la vuelta de la esquina.

 

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