Inflación, distorsiones en los flujos de exportación, aumento en el costo del financiamiento para las empresas… Los efectos del tipo de cambio impactarán a la economía. ¿Hay manera de evitarlo?   Durante 2014, el peso mexicano fue la decimotercera divisa más depreciada entre los principales cruces contra el dólar. El año pasado, la depreciación alcanzó 11.56% o 1.70 pesos; el tipo de cambio cerró en 14.74 pesos por dólar. Se trató de la mayor depreciación anual desde 2008, cuando el peso perdió 20.15%. Para lo que resta de 2015 se prevé que tipo de cambio siga por arriba de 14 pesos por dólar, pues las cotizaciones internacionales del crudo podrían mantener una tendencia a la baja; asimismo, la normalización de las tasas por parte de la Reserva Federal generará salida de capitales, lo cual dificultará una apreciación en el mediano plazo.   ¿Cuáles son las consecuencias? El tipo de cambio no resulta una variable que influya en los estimados de crecimiento de manera inmediata; sin embargo, sí desencadena una serie de factores que pueden ser nocivos.   Inflación De entrada, hay un aumento de precios. De acuerdo con cálculos de Barclays, un aumento de 10% en el tipo de cambio se traduce en apenas 0.2% en la tasa de inflación anual; sin embargo, al tratarse de una depreciación a escala global, hay un impacto general en las mercancías que dependen directamente del extranjero. “Por ahora no se ha visto una afectación significativa, pero hay algunos bienes de consumo que se compran en dólares y se venden en pesos; ésos sufrirán ajustes constantes”, señala José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).   Mejores exportaciones, con materias primas caras Es cierto, existe una ventaja para los mexicanos exportadores cuando hay un tipo de cambio elevado; sin embargo, al tener un aumento constante, los exportadores ven también un aumento en el costo de sus insumos para producción. “Los flujos de exportación no aumentan automáticamente cuando hay un tipo de cambio alto, pues los niveles de ventas están determinados por los ciclos económicos; sin embargo, sin importar si aumenta o no el volumen de ventas, los insumos a la larga sí aumentarán de precio, pues muchas materias primas dependen del extranjero”, advierte De la Cruz.   Aumento en el costo de la deuda en dólares Las compañías mexicanas que contaban con financiamientos en dólares se verán perjudicadas si los plazos de cumplimiento están dentro del periodo en que la tendencia del dólar se mantiene al alza. “La depreciación de las monedas locales debería beneficiar las exportaciones, pero al mismo tiempo ejercer presión sobre la deuda denominada en dólares estadounidenses. Entre los varios sectores, los de la construcción pesada, bebidas y proteínas son los mejor posicionados, mientras que los fundamentos de corto plazo de los sectores de construcción de viviendas y metales básicos registran una mayor debilidad”, señala en un reporte Marianna Waltz, associate managing director de Moody’s.   Turismo, arma de doble filo Los dólares les rinden más a los turistas, cierto; sin embargo, los precios de paquetes turísticos, los hoteles y los vuelos tienen tarifas en dólares que fueron determinadas con anticipación y que no se ajustaron con la depreciación. Además, el Center for Economic and Policy Research (CEPR) en Estados Unidos señaló que la mitad de los trabajadores estadounidenses no tomaron vacaciones durante 2014, lo que indica una tendencia de reducción en el número de viajeros. El efecto positivo, dice José Luis de la Cruz, podría llegar si los mexicanos, en vez de tomar vacaciones en el extranjero optan por destinos nacionales que no implican una conversión de divisas, pero advierte que también se necesitará una mejora en la economía y una reducción en la incertidumbre.   ¿Puede hacerse algo para que el peso gane brillo? México determinó que el peso tuviera libre flotación, es decir, debe mantenerse libre de la intervención de las autoridades; sin embargo, dadas las transacciones que se realizan en los mercados, el Banco de México sí tiene facultades de intervención para evitar conductas especulativas y distorsiones en los mercados. En diciembre, el Banco de México anunció un mecanismo de subasta por hasta 200 millones de dólares diarios si el peso presenta una caída superior a 1.5% en un solo día. “La intervención que anunció el Banco de México resulta insuficiente para frenar un deterioro mayor; sin embargo, el banco central sólo realizaría un movimiento de tasas con fines cambiarios si existiera una depreciación abrupta y alarmante. Eso es poco probable porque hablamos de una apreciación del dólar global”, dice  José Luis de la Cruz. México tiene a su favor que no es el único país que atraviesa por una depreciación y tampoco es el que más pierde; sin embargo, el reto será lograr un peso más fuerte, lo que requiere de una mayor fortaleza económica. “México cuenta con fundamentales sólidos que han impedido una caída más pronunciada; sin embargo, pensar que debemos esperar a que el dólar pierda fuerza con un crecimiento menor en Estados Unidos puede ser demasiado pasivo. México, y en general los países emergentes, deberán mostrar mayor dinamismo económico para que sus monedas ganen terreno”, dice Armando Senra, director general de América Latina e Iberia de BlackRock.

 

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