El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder del Ejecutivo catalán, Quim Torra, se reunieron el lunes en el Palacio de la Moncloa para iniciar el deshielo en la relación entre ambas administraciones, duramente golpeada por los intentos independentistas de la región. El socialista Sánchez dijo en Twitter al final de una reunión que se prolongó por dos horas y media que “una crisis política requiere de una solución política. Es un punto de arranque para la normalización de las relaciones”. En un tuit anterior, Sánchez aseguró que había que “dar un paso al frente para devolver la normalidad a España, con respeto a la Constitución y la confianza de que el diálogo institucional abra vías de entendimiento”. “Somos conscientes del proyecto político que representa Torra. El gobierno de España no abandona la defensa del orden constitucional. Lo hemos hecho cuando ha habido una situación crítica, con lealtad”, afirmó la vicepresidenta Carmen Calvo. Esta afirmación la hacía en relación con el riesgo de que el gobierno independentista de Cataluña vuelva a la vía unilateral para declarar la república catalana y al apoyo que el PSOE dio a la suspensión del autogobierno de Cataluña luego del referéndum ilegal del 1 de octubre. Para más contexto: España y Cataluña quieren volver a la normalidad, pero sin concesiones Por su parte, el presidente de la Generalitat, gobierno de Cataluña, ha afirmado que ambos dirigentes tienen posiciones “alejadas del todo” en relación con los dos temas centrales de la reunión. Por una lado, el derecho a la autodeterminación de Cataluña, al o que el presidente del gobierno de España le ha respondido recordando el alto nivel de autogobierno que tiene la comunidad autónoma catalana; y, por el otro, la situación de los presos políticos y exiliados. “No hemos negociado nada”, dijo Torra en rueda de prensa posterior. “Le he dicho (a Sánchez) que se tiene que terminar la persecución de las personas por sus ideas”, añadió. El presidente Torra admitió que valoraba que el presidente Sánchez reconocieran que se trata de un problema político y que se debe responder como tal. “Hemos hablado de todo, esto ha sido importantísimo. Hacía años que con los presidentes españoles no se hablaba de todo”, afirmó Torra en rueda de prensa posterior. Uno de los acuerdos resultantes del encuentro, que ya se venía insinuando desde que se supo que ambos presidentes se reunirían el día 9 de julio, ha sido la reactivación de las comisiones bilaterales Generalitat-Estado. Estas comisiones están previstas en la normativa catalana para hacer propuestas y llegar a acuerdos sobre cuestiones que afectan a la relación entre el Estado y la comunidad autónoma. Por ejemplo: distribución de competencias entre ambos o política económica, entre otros. El acuerdo rompe con siete años de inoperatividad de estas comisiones. El gobierno de Sánchez quiere poner en evidencia el cambio político de su estrategia versus el conflicto territorial en Cataluña, respecto de la del gobierno predecesor. “Queremos hablar de levantamiento de los vetos a las leyes sociales de Cataluña, porque estamos hablando de pobreza energética, universalidad sanidad pública y cambio climático”, afirmó la vicepresidenta, en rueda de prensa posterior a la reunión.

La reunión marca el principal hito en la recuperación del diálogo entre Madrid y Cataluña luego del quiebre en las relaciones por el referendo del pasado 1 de octubre sobre una posible independencia de la rica región española.

La consulta fue resultado de meses de alta tensión entre el anterior presidente del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, y el exlíder regional Carles Puigdemont, que casi no se encontraron en persona salvo con motivo del atentado ocurrido en Barcelona el pasado verano boreal.

La reunión entre Sánchez y Torra se estuvo preparando durante varias semanas, en medio de varios gestos de ambas partes.

Una de las exigencias de Torra y su gobierno era que se pudiera “hablar de todo” en la cita, incluso del derecho a la autodeterminación en Cataluña. La Moncloa accedió a que hubiera libertad en los temas a exponer, aunque dejó claro que este punto no iba a ser parte de una negociación.

El presidente catalán asistió a la reunión luciendo el lazo amarillo en la solapa de la chaqueta que se ha convertido en un símbolo del independentismo catalán.

La vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, insistió en una rueda de prensa tras la reunión que “no existe la posibilidad de un referéndum de autodeterminación en la Constitución” española.

Con información de Reuters.

 

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