- El creer utiliza la mente. Pero la creencia no es verdad, genera posibilidad más no es absoluta, resulta algo parcial, no necesariamente asegurable. De ahí que cuando alguien diga o esté seguro de algo, no estará hablando de una creencia sino de un nivel superior en la escala de certeza.
- El saber tiene un estado superior, en él se sigue utilizando la mente como recurso primario, y no obstante a pesar de romper la barrera del 50-50, considero que tiene aún ciertas debilidades. El saber, como un estado del individuo puede ser todavía debilitante y tener inconsistencias por un tema de respaldo general. (fundamentación, teoría, etc.) El saber implica necesariamente una lucha, y el ejercicio del convencimiento.
- El estado de mayor poder del individuo se consigue en un plano emocional sensible, y es este el que respalda a nivel superior al individuo.
El principal error: ¡Creer que puedes!
De nada te servirá el creer que puedes, seas emprendedor, empresario, ejecutivo u hombre de negocios. Las creencias, marcan a nivel interno un estado de incertidumbre.
Concebir una idea y hacer que suceda sin complicaciones, es el sueño de todo emprendedor, empresario, vendedor u hombre de negocios. Y aquí te hablare de ese gran poder, mismo que se acrecentará con cada acción que hagas para retroalimentarlo.
Primero debes saber que las personas que buscan la grandeza en cualquier aspecto siempre se enfrentan al mismo gran problema: La creencia, y de manera más profunda, el estado de creencia. “Formato” en el que habitan todas las creencias.
“Creérsela” es el mayor error. Pues por principio la creencia habita en un mundo gris. En el mundo del 50-50. En la incertidumbre. Creer que puedes hacer algo y creerlo con todas tus fuerzas es igual a “no saber si puedes o no”, y eso de nada te servirá, aunque allá afuera haya millones de personas que no lo han descubierto y sigan “creyendo” que lo mejor es “creérsela”.
Son las mismas personas que siguen habitando en duda, porque de entrada no conocen nada sobre los estados del ser en términos mentales y emocionales. Y “ahí se la llevan pensando” en querer estar en un estado de poder, sin saber cómo hacerlo. Poniéndose en estado de creencia, cuando el estado en sí implica necesariamente un plano de media posibilidad, lejano al estado más poderoso del individuo, el estado de certeza emocional.
Las creencias en un plano semiológico (estudios de los significados) son en sí mismas debilitantes, pues no permiten al individuo establecer criterios de seguridad real, así sean positivas o negativas, siempre habitan en el plano del 50-50.
Son sólo premisas posibles. Delinean posibilidades más no seguridades y llevan al individuo, aún sin saberlo, a un estado que de raíz es un estado de debilidad, no de poder.
Es común y normal, que la inseguridad personal de un individuo frente a un futuro incierto requiera ver un estado de posibilidad a favor, aunque este refiera sólo al 1% de posibilidad o probabilidad, pues la gente se agarrara de “lo que sea”.
El estado de creencia habita en este 50%, un estado aún débil. Pero las personas no lo saben, no conocen y ni siquiera están acostumbrados a ejercitar sus mentes o emociones. En realidad, poco saben de construir estados de poder personal y ejercitarlos, con técnicas y desarrollando habilidades.
La realidad es que ese estado de creencia poco tiene que ver con el poder verdadero. Pues no recibe de este respaldo alguno. Estar entre el ¡sí y no! Que es donde habitan todas las creencias personales, y el estado en sí mismo es por principio debilitante. Por ello el principal error de personas que buscan la grandeza es “creérsela”.
Hay coaches que dicen trabajar con el sistema de creencias de los individuos, hay quienes se jactan incluso de modificarlos (más del 99 %) y “creen” que eso es “bueno”.
La realidad es que dicho sistema de creencias sólo sirve para comprender las líneas de debilidad de una persona, ya partir de ellas alinear lo necesario para trabajar su emoción, y que sea esta la que impacte a sus pensamientos y no viceversa.
Las creencias son premisas para la lógica de sus pensamientos, sus raíces culturales y el cómo habita en su mundo. Y cuando hablo de su mundo, esto es textual. Sólo habita en su mundo, el único que conceptualiza y del que se apropia: el suyo.
De hecho, más del 99.99% de las personas, piensan que “Creer en Dios” es tener criterios de seguridad, pero la frase en sí habita en el plano del estado de la creencia. Pues tener a propio pensamiento “criterios” de seguridad, no es tener seguridad. ¿Me explico?
Comprendamos los estados partiendo de los conceptos de mi metodología: