En el discurso inaugural de la sesión, López Obrador estableció que la corrupción y la pérdida de valores morales derivados de un modelo económico de corte neoliberal son la causa de todos los problemas del mundo, en especial la pobreza, por lo que atacar dichos males, de inmediato generará un estado de bienestar mundial.
El diagnóstico hecho y presentado parece poco meditado, ya que, resulta imposible equiparar a la pobreza de los países escandinavos con la africana o centroamericana, por tan sólo citar un caso.
La pobreza es un fenómeno multifactorial y que surge por diversas causas, las cuales no son las mismas entre un país y otro, lo cual lleva a que no sea posible plantear una misma solución al mundo entero.
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Incluso dentro de un país, los orígenes de la pobreza no son los mismos entre regiones. Si se cita al caso mexicano, la pobreza de los estados del sur del país tiene características especiales que no son similares a lo que ocurre con los pobres de los estados fronterizos de México con Estados Unidos.
A pesar de lo anterior, Andrés Manuel plantea una solución única, la cual está basada en el otorgamiento de apoyos económicos de manera directa a la población más pobre del mundo a partir de la cooperación económica de las personas y corporaciones más ricas del mundo para después entregar de manera directa esos recursos económicos.
La anterior propuesta resulta inviable por múltiples razones. La primera de ellas, es que en muchos países no existe un sistema financiero adecuado que permita el cobro de esas transferencias. De acuerdo a datos del Banco Mundial, Alemania cuenta con 130 cajeros automáticos por cada 100,000 adultos; en el caso de África, la cifra es de 4 por cada 100,000.
Las condiciones del sistema financiero de África, algunos países de Asia y Centroamérica hace imposible que la entrega de recursos se haga de manera directa, tal como plantea el Presidente de México.
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Otro de los problemas de la solución planteada por López Obrador, es que una transferencia monetaria puede garantizar la compra de ciertos alimentos y sobrevivir, pero eso no hará que alcancen una línea de bienestar duradera y que garantice movilidad social.
Muchos de los pobres del mundo no cuentan con un hogar, agua potable, caminos para mover mercancías o acudir a la escuela y acceso a la salud, ya sea por temas climáticos, de conflictos bélicos o religiosos, lo cual hace imposible censar a esa población y acudir de manera directa a ella mes a mes a darles una tarjeta con dinero electrónico.
Otro error en el planteamiento es evitar a los intermediarios, cuando han sido ellos quienes han llevado servicios básicos a regiones donde el Estado y otros países han dejado de actuar.
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De no ser por organizaciones como Médicos sin Fronteras o Amnistía Internacional, miles de personas en África o Medio Oriente jamás podrían acceder a servicios de salud o intentar expresar ideas que faciliten la organización de las personas en búsqueda de soluciones a sus conflictos.
Lo planteado por Andrés Manuel en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas muestra a una persona alejada completamente de la realidad internacional, no sólo por el diagnóstico, también por la solución planteada, la cual es inviable desde muchos puntos de vista.
Contacto:
Twitter: @edmar_lezama
Instagram: edmar_lezama
Correo: [email protected]
El autor es Docente de economía en la UNAM, coordinador del Programa Único de Especializaciones en Economía (Posgrado, UNAM).
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
