Sin importar el negocio o industria en la que nos desempeñemos, la palabra ´innovación´ va más allá de realizar cambios con el fin de mejorar productos o proyectos, pues la autenticidad en la innovación es un componente esencial para impactar en el desarrollo económico de los países. De hecho, cuando es bien implementada y adoptada como estrategia, funciona prácticamente como un motor bien afinado para el desarrollo económico a largo plazo. 

La economía globalizada acelera los procesos de innovación que llevan a crear nuevas tecnologías o productos y optimizar la comercialización de bienes y servicios, lo cual eleva la competitividad, crecimiento económico y bienestar social de las naciones.

Si tomamos en cuenta que el desarrollo económico incluye en su métrica la innovación tecnológica, entonces la implementación de la Propiedad Intelectual (PI) resulta vital para incentivar nuestro crecimiento, siendo así, que entre 2010 y 2019 la contribución de parte de las empresas que protegieron sus activos intangibles como marcas, patentes, modelos de utilidad, etc., fue de casi el 50% al PIB mexicano, de acuerdo con el estudio IP Key América Latina.

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Las empresas que protegen sus activos intangibles representan más del 70% en la exportación e importación de mercancías. Esto último se debe al TMEC, tratado que nos ayuda en la activación del comercio internacional con Estados Unidos y Canadá, ya que las empresas que forman parte de dicho porcentaje cuentan con una actividad intensiva en la gestión de sus activos de PI.

Tan solo en 2019, las empresas con activos de Propiedad Intelectual registraron un alza en salarios y generaron más de 17 millones de empleos, es decir, generan la tercera parte (33.6%) del total de los trabajos en México.

Desde hace tiempo, la PI desempeña un papel determinante en la generación de riqueza de las empresas y bienestar social de las personas, a través de la protección de las innovaciones en los procesos productivos, el impulso a la comercialización de productos y servicios bajo diversas formas de protección, así como el reconocimiento al talento intelectual.

Dicho esto, toda empresa que tenga como activo intangible sus derechos de Propiedad Intelectual tiene la facultad de promover un crecimiento económico, ya que cualquier innovación permitirá ser un gran diferenciador y ser parte fundamental en la prevención y preparación ante las recesiones económicas.

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La industria 4.0 implica la promesa de una nueva revolución con técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que se integrarán en las empresas e instituciones y que nos permiten ser más estratégicas en la gestión organizacional y la gestión de la Propiedad Intelectual, incluidas la planeación, medición, análisis, toma de decisiones y corrección en virtud de lo que va sucediendo en el mercado y en la propia organización.  

Subrayo, la Propiedad Intelectual, sin duda, es un motor de crecimiento para el desarrollo nacional, un aporte para la generación de empleos y para el crecimiento del PIB en México.

Nuestro país tiene la obligación de continuar en el desarrollo de normativas que incentiven y promuevan la protección de la innovación; permitiendo la apertura para la adopción o transferencia de tecnología y su licenciamiento; esto sin dejar de lado las políticas y apoyo para inventores, nuestras armas vitales para impulsar la recuperación económica en México.

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Lorena Rodríguez es Directora General de ClarkeModet México

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