Los recursos públicos, su uso y monto asignado a instancias de gobierno están en el centro de la atención ciudadana, como nunca antes. El análisis y aprobación reciente del presupuesto dejó en relieve un debate aparentemente antagónico, que necesita mayores coincidencias: lograr ahorro antes que incurrir en gastos innecesarios.
Aprender a optimizar se convierte en un objetivo cada vez más compartido e indispensable en el quehacer público. La administración de los recursos es cuidadosamente revisada y distribuida para mantener el equilibrio social.
Los sectores productivos del país coinciden en que administrar implica hacer más con menos y que es necesario dar el mejor uso a los fondos públicos.
La reducción de gasto aplicada por los gobiernos federal y de la Ciudad de México, hacen eco en el resto de las entidades, alcaldías e instituciones. Son una ruta que, de fondo y forma, elimina gastos suntuarios y necesariamente son contraste con el régimen anterior.
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La Jefa de Gobierno de la capital nacional, Claudia Sheinbaum, ha hecho un llamado razonado a alcaldesas y alcaldes para adoptar un plan de austeridad y sujetarse a su techo presupuestal.
Supeditar o condicionar la obtención de resultados —por ejemplo, en materia de seguridad— al incremento en recursos económicos, más por enfatizar las diferencias ideológicas o partidistas, es alejar del centro de atención a la ciudadanía.
La integralidad de la estrategia está en la colaboración institucional a favor de las y los ciudadanos, y no en el aumento de presupuesto. En seguridad pública no se puede ni debe pensar en estrategias aisladas, individualizadas por alcaldía y condicionadas a un mayor gasto.
“El mejor blindaje es la coordinación”, como lo dijo la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la semana pasada ante la alcaldesa en Álvaro Obregón, Lía Limón, tras la instalación de los Gabinetes de Paz, en los que participan instancias de los gobiernos federal y de la CDMX.
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La articulación entre instituciones, organismos civiles y empresariales y la comunidad ha permitido en la Ciudad de México una reducción de hasta 46% en la incidencia delictiva entre 2019 y este año.
En la distribución presupuestal de las alcaldías se aplica una fórmula que incluye número de habitantes, nivel de marginación y pobreza, suelo de conservación, superficie, entre otros elementos, pero no por la recaudación tributaria.
En las instituciones públicas, privadas e incluso en el gasto doméstico es cada vez más necesario no olvidar lo fundamental: el ahorro y el buen uso de recursos.
Contacto:
Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
TW: @guerrerochipres
Twitter: @elconsejomx
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