La llegada del Covid-19 puso en jaque, entre otras cosas, a la seguridad digital debido principalmente al crecimiento del comercio electrónico y del teletrabajo, dos de las consecuencias más significativas que trajo y dejó la pandemia. A la hora de entregar información personal y sensible de manera digital, los usuarios sin saberlo pusieron en riesgo la privacidad y el control sobre sus datos. De hecho, de acuerdo con cifras de Kaspersky,  compañía dedicada a la seguridad informática, en los primeros ocho meses de 2021 se registró un aumento del 24% en ciberataques en Latinoamérica.  

Ante esta vulnerabilidad, el sector financiero no fue la excepción ya que se incrementaron paralelamente los delitos en este ámbito también, sobre todo en lo que respecta a suplantación de identidad. México justamente, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ocupó el segundo lugar en el listado de los países con más ciberataques de la región, principalmente por casos de fraudes por banca electrónica y por comercio electrónico en redes sociales.

Entonces, ¿qué soluciones pueden ofrecer los bancos a sus clientes para disminuir las estafas y hackeos y así sucesivamente mitigar la desconfianza generada entre los mexicanos?

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La biometría al frente de la ciberseguridad

Las contraseñas han sido por años las formas de autenticación más habituales en la industria bancaria, pero la inseguridad en torno a ellas ha puesto en duda su confiablidad. Es por ello que hoy en día las entidades financieras recurren cada vez más a la biometría. 

La biometría permite comparar características físicas (mapeo de huellas dactilares y venas, reconocimiento del iris e identificación facial) y patrones de comportamiento (formas únicas que cada persona tiene de caminar, hablar o escribir) de un individuo, para confirmar la autenticidad de una operación financiera.

Así, con el aumento de los problemas relacionados con el robo de identidad y el fraude, el reconocimiento automatizado de individuos basado en estas características se presenta como una herramienta tecnológica bastante infalible. Otra ventaja que ofrece la biometría que vale la pena mencionar, más allá del tema de la seguridad, es una experiencia sencilla, rápida y amigable al usuario.

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El dúo dinámico

Ahora, si bien la biometría tiene muchas ventajas, no existe un único sistema que elimine por completo el crimen cibernético. Sin embargo, la combinación entre soluciones puede aumentar las probabilidades de combatir estas situaciones dado que al utilizar dos factores de autenticación se crea una serie de capas de seguridad que el usuario debe atravesar para corroborar su identidad.

La unión de la biometría y la tokenización es uno de los mejores ejemplos. El proceso se vuelve aún más seguro debido a que la tokenización es el mecanismo mediante el cual se reemplazan los datos y la información más sensible del titular de una tarjeta o medio de pago por un “token” aleatorio que cambia cada vez que el usuario quiera realizar una transacción.

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De esta manera, la combinación de tecnologías como las previamente mencionadas elevan en gran medida el nivel de confianza y tranquilidad que le pueden brindar las instituciones bancarias a sus clientes.

Sin duda la seguridad es uno de los aspectos en el que los actores del sector deben continuar trabajando fuertemente siempre con el objetivo claro de velar por los usuarios, quienes redirigirán su lealtad hacia la institución que demuestre la mejor y más segura experiencia de uso.

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Contacto:

Marcelo Fondacaro, Chief Commercial Officer de Veritran

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