Al cierre de noviembre, registramos la venta acumulada de 1.22 millones de unidades, marcando el noviembre con mejor desempeño en los últimos 5 años. Durante el lapso de enero a noviembre, la producción ascendió a 3.56 millones de unidades, acompañada por un notable crecimiento del 15.1% en las exportaciones, totalizando 3.02 millones de unidades, esto representa nuestro mejor resultado en los últimos 4 años. Estos logros consolidan una trayectoria firme de recuperación y expansión para la industria automotriz en México.

Estas cifras sin duda son alentadoras, sin embargo, aunque el 2024 pinta un panorama prometedor, debemos tener en cuenta los desafíos que requieren atención inmediata en el ámbito medioambiental, económico y político.

Por un lado, la transición hacia la electromovilidad se erige como una de las prioridades de la industria automotriz. Este cambio estratégico plantea una nueva dirección para las empresas, con metas ambiciosas de reducción de emisiones de CO2 en un 45% y la búsqueda de neutralidad para el año 2050[1]. La agenda ecológica ha propiciado un impulso notorio en la adopción de tecnologías verdes y el desarrollo de la electromovilidad. México debe transitar pronto a estas nuevas tecnologías para mantener su actual posición de liderazgo dentro del panorama global de la industria automotriz.

Esta transición no está exenta de desafíos. La implementación efectiva de nuevas tecnologías debe ir acompañada de la creación de una infraestructura adecuada y el fomento de energías renovables para garantizar su éxito. La brecha entre el desarrollo tecnológico y la infraestructura necesaria para su implementación se presenta como un factor crítico que influirá en las decisiones de inversión de las empresas. Es esencial abordar estas disparidades para asegurar que las nuevas fábricas cuenten con los recursos, incentivos y estabilidad legal necesarios, permitiendo que México capitalice plenamente su posición en esta transformación hacia la movilidad sostenible.

En este sentido, la oportunidad potencial que ha surgido en el país con la tendencia de nearshoring, si bien prometedora, podría verse comprometida si no se llevan a cabo evaluaciones exhaustivas para asegurar que las nuevas fábricas cuenten con los recursos, incentivos y un entorno legal establecido. La garantía de certidumbre jurídica se torna esencial para atraer y mantener inversiones en el país, consolidando así su posición en la cadena global de suministro.

Además, se plantea un desafío adicional en la reestructuración de las cadenas de suministro para satisfacer las necesidades específicas generadas por el uso de estas tecnologías emergentes. Desde la optimización de la fabricación y el desarrollo de componentes avanzados hasta la mejora de la infraestructura de carga, estas innovaciones son esenciales para la creación de vehículos electrificados más atractivos, competitivos y sostenibles. La evolución hacia un sector automotriz más limpio y eficiente energéticamente requiere ajustes precisos para seguir el ritmo de esta transformación.

Por otro lado, 2024 será un año de elecciones presidenciales y legislativas tanto en México como en Estados Unidos. Ante la entrada de nuevas administraciones, es crucial considerar las asignaturas pendientes en el marco del TMEC, especialmente aquellas relacionadas con las Reglas de Origen, en previsión a la primera revisión del tratado en 2026. La resolución del panel sobre el Valor de Contenido Regional (VCR), publicada desde diciembre de 2022, requiere una atención enfocada en cumplir con estos lineamientos, así como en identificar los nuevos insumos y componentes automotrices bajo el contexto de la electromovilidad.

El cumplimiento y aprovechamiento de acuerdos comerciales como el TMEC son imperativos para las empresas, que deben estar preparadas para adaptarse ágilmente a las nuevas regulaciones a medida que evolucionan. Además, el fortalecimiento de la colaboración entre los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá es fundamental para promover la estabilidad, fomentar la inversión y garantizar un comercio equitativo en la región. Esta colaboración estratégica puede potenciar a la región como un bloque automotriz a nivel mundial, consolidando su posición y competitividad en el ámbito global.

La industria automotriz mexicana ha demostrado ser un pilar fundamental de la economía nacional, con avances notables y desafíos importantes en el horizonte. Esta sólida trayectoria hacia la recuperación y el crecimiento sostenible resalta la necesidad de una visión estratégica que no solo fomente la innovación y la adopción de tecnologías verdes, sino que también promueva políticas públicas que lleven a una movilidad sostenible.

Apostar por el fortalecimiento de la industria automotriz nacional implica un compromiso firme con la creación de empleos de calidad, la inversión en infraestructuras modernas y la colaboración con actores clave, tanto nacionales como internacionales. Es a través de esta asociación y visión compartida que México puede consolidar su posición como líder en la electromovilidad regional y global, forjando un futuro más limpio, eficiente y prometedor para la movilidad.  

Contacto:

José Zozaya, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

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[1] ODS 13 Acción por el Clima | Pacto Mundial de la ONU | Pacto Mundial

 

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